Como evitar los ladridos del perro

Articulo de Animales sobre Como evitar los ladridos del perro.

Saber mas acerca de Como evitar los ladridos del perro

Como evitar los ladridos del perro

Ladridos del perro como dominio sobre nosotros

¿Qué es lo que NO deberíamos de hacer?

Ante todo, nos tenemos que fijar si nuestro cánido ladra cuando estamos delante o bien cuando lo dejamos solo en casa, si bien asimismo posiblemente lo haga en las dos ocasiones.

Ladridos del cánido como dominio sobre nosotros

En el caso del cánido que ladra mirándonos a los ojos, esta conducta señala un enfrentamiento. Cuando los ladridos del cánido son de este modo acostumbran a estar demandando algo (por norma general atención, mas asimismo comida, juego, etcétera), y además de esto de malos modos, pues ya ha pasado de solicitar rascando con la patita o bien con gemidos a demandar ladrando. Este comportamiento señala que nuestra mascota se ha habituado a que hagamos lo que desea. CUIDADO, MANDA ÉL! No tomes a gracieta esos ladridos, en tanto que son una de las primeras muestras de agresividad por la parte de tu cánido.

Cuando se cree con derecho a demandarte, probablemente no permitirá que le demandes a él, y puede comenzar a gruñirte y también, aun, llegar a morderte si le procuras bajar de la cama o bien el sofá, si le riñes por algo o bien si haces cualquier cosa que le disguste. Que mande no es natural. Como es lógico, somos , como dueños, los que debemos decidir en qué momento se le dan los paseos, comida, juego, etcétera

Si decide es que nos ha sometido. Un fallo usual en los dueños de perros dominantes es justificar esta actitud (“es que es tan mono…”, “no, si solo lo hace cuando saldremos a la calle…”, etcétera). Mas tenemos que tener en consideración que no hay empates ni pactos posibles (o bien manda o bien mandamos ), y que un cánido que logra que hagamos lo que desea en una situación determinada, por lógica procurará exactamente la misma táctica en otras situaciones, transformándose, con el tiempo, en un déspota poco a poco más exigente.

A veces los ladridos del can dominante, mirando al dueño a los ojos, son para reñirle, para expresar su frustración pues el dueño ha hecho algo que le molesta (por servirnos de un ejemplo un estruendos o bien correr por la casa). Esta vez no nos afirma “haz esto” o bien “dame esto”, sino más bien “no hagas esto”. Es otra variación más del apreciar expedir, que vamos a deber eludir a toda costa.

¿Qué NO deberíamos hacer?

Si tu can desea enviar, recuerda que gritándole probablemente no lograrás pararle los pies, y además de esto si lo haces estás provocando un enfrentamiento directo con él, lo que puede terminar en bocado si tu mascota es suficientemente dominante para ir hasta el final. Tus chillidos le excitarán más. Si te encaras a él de forma inapropiada se generará una escalada de violencia, y recuerda que en la riña física tienen las de ganar, puesto que tienen más reflejos que y… los dientes más grandes!

Lo que SI deberíamos hacer

Jamás le des nada que esté demandando, no solo con ladridos, sino más bien con gemidos, ni de ninguna otra forma. Si se lo concedes, le estás premiando la demanda. Tú eres su dueño/a y le quieres. Asegúrate de estar cubriendo sus necesidades de juego, caricias, etcétera, mas hazlo siempre y cuando no te lo esté pidiendo. Eres quien decide jugar con él, sacarlo a la calle, acariciarlo, darle el alimento, abrirle la puerta, etcétera cuando deseas, no cuando lo solicita. De esta manera le mandas el mensaje de que te ocupas de cubrir sus necesidades (entonces ¡acuérdate de hacerlo verdaderamente!) y le enseñas a confiar en ti como jefe de la manada.

Ladridos del cánido por separación

Los ladridos del can producidos cuando lo dejamos solo está señalando ansiedad por separación. La ansiedad por separación es temor a la soledad. Con el ladrido, el can que se siente solo logra múltiples cosas:

Llama la atención, buscando contestación en sus dueños, en personas próximas (vecinos, etcétera) o bien en perros que puedan oírle y que respondan a sus ladridos.
Expresa su sofocación y frustración por estar solo.
El ladrar le calma por el hecho de que le fatiga. Es un efecto similar a la pataleta de un pequeño pequeño que llora hasta agotarse. Como se siente mejor por haber ladrado, esta conducta acostumbra a ir a más, con lo que vamos a deber solventarlo antes que los vecinos se quejen o bien, aun, conminen con denunciarnos. Lo mejor es utilizar una grabadora y/o una cámara de vídeo para asegurarnos de que nuestro cánido está apacible cuando le dejamos solo.

Los ladridos del cánido de noche asimismo acostumbran a señalar que nuestro cánido no encaja bien la soledad. Son una demanda de atención, puesto que para un can dependiente la noche es un instante bastante difícil. Sus dueños están en casa, mas no juegan con él, ni le hacen caricias… Para él es prácticamente peor que estar solo, en tanto que las personas a las que más desea están ahí, mas es tal y como si no estuviesen.

¿Qué NO deberíamos hacer?

En estos casos, prestarle atención, si bien sea para reñirle, puede empeorar el inconveniente, en tanto que es justo lo que anda buscando. Prefiere que le riñan a que le ignoren. Mas, en todo caso, una mascota con este comportamiento tiene un problema… y sus dueños asimismo, ¡si desean dormir!

Lo que SI deberíamos hacer

Pon un tanto de sana distancia entre tu can y . Si es dependiente, considera que lo pasa mal, y que cuanto más cariño le des más deseará, puesto que su desequilibrio sensible hace que jamás tenga bastante. No le acaricies cuanto te lo solicita, sino más bien cuando decidas, y no te despidas de él en el momento en que te vayas de casa ni le saludes cuando entres: son instantes críticos en que su demanda de atención se dispara. Y sobre todo… ¡no permitas que duerma contigo subido a tu cama! Esa es una de las actitudes que más promueve su dependencia.

Ladridos del cánido por nerviosismo o bien temores

Para finalizar, los ladridos del cánido a todo y a todos, sin motivo, cuando salimos a la calle señalan que probablemente va a ser un can inquieto. Este exceso de excitación puede esconder temores.

¿Qué NO deberíamos hacer?

No vamos a deber tomarnos a la ligera o bien como algo jocoso esta conducta de nuestra mascota.

Lo que SI deberíamos hacer

Procura por todos y cada uno de los medios trasmitirle calma a tu cánido. Cuando todavía estás en casa, no le saques a la calle hasta el momento en que se haya calmado. Si se pone como un ido solamente ver que coges la correa, vuelve a dejar la correa en su lugar y siéntate. Cuando se haya calmado, vuelve a procurarlo, en tantas ocasiones como haga falta, hasta el momento en que se esté quietecito mientras que le pones el collar y la correa. De esta manera le enseñas la lección de la paciencia. Por la calle anda despacio y déjale olisquear todo cuanto desee para trasmitirle calma. Recuerda que si siempre y en todo momento vas corriendo a todos lados tu can absorberá este agobio y lo reflejará.