Articulo de Reflexiones sobre Renuncio a ser adulto.
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Renuncio a ser adulto
Renuncio a ser adulto
Con la presente, presento mi renuncia a ser adulto.
He decidido admitir la responsabilidad de tener 6 años de nuevo.
Deseo navegar barcos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.
Deseo meditar que los dulces son mejor que el dinero, puesto que se pueden comer.
Deseo tener un receso y pintar con acuarelas.
Deseo salir de forma cómoda de mi casa sin preocuparme de qué forma luce mi pelo.
Deseo volver a mi casa, a una comida casera y que alguien corte mi carne.
Deseo acostarme a la sombra de un viejo roble, y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.
Deseo abrazar a mis progenitores todos y cada uno de los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.
Deseo retornar a los tiempos donde la vida era simple
Cuando todo cuanto sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas; y eso no me incordiaba, pues no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.
Cuando todo cuanto sabía era ser feliz por el hecho de que no sabía las cosas que preocupan y incordian.
Deseo meditar que el planeta es justo. Que todo el planeta es franco y bueno.
Deseo meditar que todo es posible.
En algún sitio de mi juventud maduré y aprendí demasiado.
Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, apetito y de pequeños abusados.
Aprendí sobre las patrañas, matrimonios infelices, del sufrimiento, la enfermedad, el dolor y la muerte.
Aprendí de un planeta donde saben de qué manera matar y lo hacen.
¿Qué ocurrió con el tiempo en que creía que todo el planeta viviría por siempre, por el hecho de que no comprendía el término de la muerte, salvo cuando perdí a mi mascota?
Cuando creía que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota de jugar o bien me eligiera de último para ser su compañero de equipo.
Cuando no precisaba lentes para leer.
Deseo separarme de las complejidades de la vida y excitarme de nuevo con las pequeñas cosas de nuevo.
Recuerdo cuando era inocente y creía que todo el planeta era feliz pues lo era.
Pasearía nuevamente en la playa pensando solo en la arena entre los dedos de mis pies y la caracola más bonita que pudiese hallar sin preocuparme por la erosión y la polución.
Pasaría mis tardes subiendo árboles y montando mi bici hasta llegar al parque, sin la preocupación de que me rapten.
No me preocupaba el tiempo, las deudas, o bien de dónde iba a sacar el dinero para reparar el carro.
Solo pensaría exactamente en qué iba a ser cuando grande, sin la preocupación de conseguirlo o bien no.
Deseo vivir simple, de nuevo.
No deseo que mis días sean de computadoras que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de de qué forma subsistir unos días más por mes cuando ya no queda dinero en la chequera.
No deseo que mis días sean de facturas de médicos o bien medicinas.
No deseo que mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de seres queridos.
Deseo opinar en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.
Deseo pensar en la raza humana y deseo regresar a dibujar muñecos en la arena
¡Oh, siii! Deseo regresar a mis 6 años nuevamente ya está decidido.
