Ejemplos de adicciones raras

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Ejemplos de adicciones raras

¿Qué es una adicción?

Adicciones más habituales

¿Qué es una adicción?

La adicción es una dependencia cara una substancia, actividad o bien relación que estropea y afecta de manera negativa a la persona y a su ambiente. Adepta es la persona que piensa que no puede vivir sin tal o bien como cosa, por lo que la consume permanentemente y apremiante.

Implica una pérdida de control.

Adicciones más frecuentes

En verdad, cualquier cosa puede provocar adicción si no sabemos decir basta. Aun la cosa más buena, si la llevamos al extremo, se puede transformar en mala, y terminar en una adicción. Nada es bueno ni malo, todo depende de la dosis y su justo equilibrio. Entonces vamos a ver adicciones extrañas mas conozcamos las más habituales:

Alcohol. El alcohólico busca sentirse mejor mas de la manera equivocada.
Sexo. No todos somos siendo conscientes de nuestra necesidad de cariño y cariño. Muy frecuentemente se confunde aprecio, amor y ternura con sexo. Tener sexo no garantiza tener amor, y practicar sexo sin amor no llena un vacío o bien falta de amor.
Comida. Puede transformarse en un substituto del amor y del sexo. Comiendo se procura atestar un vacío, mas en el plano equivocado. El alimento se transforma en una válvula de escape, un mecanismo para compensar una falta.
Tabaco. Hay una necesidad de auténtica comunicación, de alentar a nuestra psique y, al unísono, de sedarla y sosegarla.
Drogas, medicamentos. Ansiar un estado mental agradable, huir de los inconvenientes y enfrentamientos. Fijarse solo en lo superficial, no ir a la causa del mal o bien origen del inconveniente. Ignorar la parte mental y sicológica.

Otras adicciones

Juegos de azar, internet, móvil, redes sociales, trabajo, diversión, compras, dinero, poder, fama, religión, ascetismo, etcétera

Adicciones extrañas

Ciertas adicciones extrañas son:

Tanorexia o bien adicción al bronceado
Adicción a las operaciones de estética
A comer tierra, a comer abono de las plantas.
Yeso de las paredes
Tiza de las pizarras o bien todo género de substancias no comibles
Vigorexia (obsesión por fortalecer y desarrollar la musculatura)
Drunkorexia (parar de comer para poder tomar alcohol sin engordar)
Potomanía o bien polidipsia psicogénica (acción de tomar grandes cantidades de agua), etcétera etcétera
A comer colillas de los cigarros.

Adicciones que en su instante se consideraban extrañas o bien poco frecuentes (a los juegos, al móvil, etcétera) ahora, en cambio, se han vuelto adicciones rutinarias.

Toda persona adepta, sean adicciones extrañas o bien más frecuentes, tiene un vacío en su interior, es un vacío del ánima, y llena ese vacío espiritual con algo material. Una casa no es homónimo de un hogar. El sexo no es homónimo de amor. Y cuanto más se procura ocupar, realmente más se vacía. La materia jamás va a poder reemplazar al ánima, al corazón, al sentimiento. Y ese vacío cada vez se va a hacer más grande y profundo.

Causas de las adicciones

La adicción asemeja al agua de mar, cuanto más se toma de ella, tanto más sediento se vuelve uno.

Todo adepto escapa de la realidad, por el hecho de que le genera dolor, y por su parte busca algo, que no sabe que es. Y en ese camino de busca, siempre y en todo momento aparece lo superficial, la trampa, el sucedáneo, las sirenas que tratan de frenar al paseante y hacerlo preso, estancándose en lo falso y apareciendo la adicción.

Todos, en algún instante de nuestra vida podemos sufrir adicciones con las que nuestra ánima se embriaga. El secreto está en superarlas, para continuar buscando, hasta localizar el auténtico descubrimiento.

Con la salvedad de la polidipsia que puede informarnos de una naciente diabetes, en la mayoría de adicciones la causa está relacionada con inconvenientes sicológicos y sensibles.

La causa profunda está en nuestro interior

Y es allá donde vamos a deber bucear para buscar. Toda adicción oculta algo. Toda adicción evita el contacto con la emoción y la realidad. Puede ser un sentimiento de vacío existencial, no haber encontrado un sentido a nuestra vida, falta de amor, sentirse solo, desconexión con nuestra esencia auténtica o bien ser superior, no haber descubierto que hemos venido a efectuar a esta dimensión física, llevar una vida carente de ilusión y alicientes, no estar en el camino conveniente, etcétera

Nuestra realidad nos hace padecer y la adicción disfraza nuestro sufrimiento, de forma temporal para entonces agravarlo en su magnitud.

Para curar es esencial ver y reconocer la verdad acerca de nosotros mismos, sobre nuestra participación en la creación de nuestra vida y sobre de qué manera nos relacionamos con el resto.