El orgullo, ¿es siempre algo negativo?

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El orgullo, ¿es siempre algo negativo?

¿Qué es el orgullo?

¿Es siempre negativo el orgullo?

¿Qué es el orgullo?

El orgullo puede ser tanto una satisfacción personal por alguna cualidad nuestra o bien algo relacionado con nosotros. Cuando esta satisfacción es excesiva y sobre todo supone despreciar a el resto es cuando este orgullo pasa a ser una cualidad negativa.

¿Es siempre y en todo momento negativo el orgullo?

“Por supuesto que no”. Se nos ha dotado con sentimientos y emociones por algo. Es una enorme riqueza interior que tenemos y no debemos subestimarla.

El orgullo está hermanado con el ego y, de la misma manera que este, en su justa medida, nos impulsa cara la realización de acciones en las que, el ahínco motivado y la inventiva, hacen posible, verdaderas proezas, expresando un regocijo feliz y un comportamiento social de ayuda altruista.

Entonces nuestro orgullo ha servido para consolidar nuestra confianza imprimir fuerza de ahincó y tenacidad, elevando nuestra autoestima.

¿Exactamente en qué nos daña el orgullo?

Cuando ese grado de orgullo excede nuestra consciencia entonces se transforma en nuestro déspota, creando una ceguera intrínseca que nos hiere seriamente a nivel físico Psíquico y espiritual.

El orgullo nos separa de la fluidez de la belleza y la libertad.

El orgullo nos hace entrar en guerra con nosotros mismos.

Creando bloqueos energéticos internos que impiden la regular circulación energética, menguando muchas funciones homeostáticas de nuestro organismo.

Si no somos conscientes para favorecer una actitud de cambio, se pueden manifestar síntomas de tensión y molestias musculares y articulares, dando paso con el tiempo a la rigidez de una gran parte del aparato locomotor.

Conductas que definen un orgullo dañino para la vida

Si vives pendiente de las apariencias y precisas estar en primera fila, pues supones que perteneces a una clase superior.
Si piensas que tienes preferencia sobre todos.
Si piensas que jamás te confundes y el resto sí.
Si te has atascado en una situación y no aceptas otras creencias en tanto que lo tuyo es lo perfecto.
Si eres el que habla siempre y en todo momento, minimizando la opinión del resto.
Si te crees indispensable y todo cuanto tienes es mejor que lo del resto.
Si no admites sugerencias para progresar algo, solo pues no se te ocurrió a ti.
Si te aferras a una postura defendiéndola sin límites y sin admitir un margen de fallo o bien corrección, sin reconocer el descalabro.
Si haces cosas contrarias a las que te dictan tus sentimientos todavía dañando y dañándote.

¿De qué manera podemos desamparar el orgullo que nos daña?

Reconociéndolo, sin este primer paso es imposible avanzar.
Visualizándonos desde determinado punto de vista galáctico, viéndonos a nosotros mismos como lo que verdaderamente somos, “parte de la unidad”.
No somos nuestra tarjeta visa, ni nuestro vehículo, ni nuestra casa, o bien status social. No somos nuestro físico, ni nuestro carácter, ni nuestro ego, ni nuestro orgullo o bien enfermedad. “Estamos por encima de todas y cada una las cosas eso”.
Tenemos que disculparnos a nosotros mismos por nuestra ceguera, mas al unísono, entendernos y dar las gracias, pues nos enseño algo esencial para continuar avanzando.
Admitir a el resto con sus diferencias y ver, que en la diversidad está la riqueza. Que si compartimos nuestros conocimientos desde el corazón, asimismo saldremos ganando. Primero por el disfrute de poder trasmitir y dar algo y después al percibir información que nos complementa o bien sencillamente nos divierte. Con toda este vaivén, nace la auténtica amistad entre las personas”.

“Cuanto pero grande eres, menos orgullo tienes”.