¿Qué son las premoniciones?

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¿Qué son las premoniciones?

¿Qué son las premoniciones?

¿Por qué algunas personas tienen premonicones y otras no?

¿Qué son las profecías?

Profecía y también intuición no son lo mismo, si bien pueden ir de la mano. Una persona muy intuitiva es capaz de sentir o bien percibir algo que no es perceptible para el resto, mas no necesariamente debe ver con un evento futuro, sino puede ser algo del instante presente o bien del pasado.

La intuición de manera frecuente nos pasa inadvertida por el hecho de que no habituamos a atender a esa parte o bien no ha sido desarrollada por diferentes motivos. En ocasiones es bastante difícil ponerle palabras a eso que intuimos, quedando como una vaga sensación que solo después, toma sentido a la luz de los sucesos.

Mas eso no es exactamente lo mismo que una profecía, que se refiere a un hecho que está por ocurrir aún, y que por alguna enigmática razón, la persona puede captar, bien en sueños, bien a lo largo de la vigilia.

Los científicos no se ponen conforme sobre el fenómeno de las profecías, ni saben a qué es debido o bien que factores pueden acentuarla. Clasifican esto como un hecho paranormal, o lo atribuyen a la casualidad, sin tomarlo demasiado en cuenta. Una probable explicación, podría ser que para el inconsciente no existe el tiempo lineal.

¿Por qué razón ciertas personas tienen premonicones y otras no?

Sucede, que por naturaleza, hay quienes están más en contacto con el hemisferio derecho del cerebro, que es el que rige lo simbólico, intuitivo, creativo, etcétera, y por consiguiente tienen más sencillez o bien tendencia a conectar con una realidad invisible y no tangible, que el resto de las personas.

Asimismo facilita esa apertura percibir una educación más permisiva en ese sentido, en la que es parte de la “normalidad” y no se tiene como fantasía o bien es objeto de mofa y rechazo, por los progenitores o bien otros adultos. Habitualmente en los que hay una percepción acusada, como las profecías, se han heredado las facultades de uno de los progenitores o bien abuelos, que han desarrollado esta habilidad.

¿Se tenían presente en la Antigüedad?

Si miramos cara atrás, tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento, aparecen abundantes ejemplos de profecías, sobre todo mediante los sueños, o bien de hechos simbólicos o bien percepciones. Es bastante conocido el sueño que tuvo Abraham Lincoln poquitos días ya antes de ser asesinado, en el que se veía de cuerpo presente, tras haberse perpetrado el crimen.

En ciertas etnias se usaban determinados rituales, de manera frecuente acompañados de substancias concretas para provocar otro estado de conciencia, a lo largo de los que se recibía información trascendente. En estos casos era algo buscado y había quien se ocupaba de ello, siendo instruido por un predececesor o por tener dotes de nacimiento para esto. Acostumbraba a ser el chamán, hechicero, adivino, mago… en dependencia de las etnias o bien de la temporada.

En tiempos precedentes se daba considerablemente más verosimilitud a esta circunstancia, confiándose prácticamente de forma ciega en la persona designada para pronosticar sucesos o bien dar información esencial que fuera útil. Todavía si la profecía venía sin procurarla, de alguien no listo para ello, por norma general se la atendía del mismo modo.

Sueños y profecías

Mientras que estamos dormidos, ocurren fenómenos relacionados con aspectos ignotos, que de alguna manera facilitan la entrada a otras realidades o bien estados.

La mayor parte de profecías están interconectadas con los sueños. El lenguaje de exactamente los mismos está sujeto a un código personal, es metafórico y complicado de interpretar. Frecuentemente es bastante difícil distinguir si se trata de un sueño corriente o bien de algo que sucederá.

Ciertas personas sienten muy meridianamente esa diferencia y son capaces de reconocerlos, si bien la mayor parte, solo ven confirmado el sueño más tarde, cuando se da el evento. En los dos casos, no debe aparecer jamás culpabilidad por haber tenido una profecía y no haber logrado impedir una desgracia anunciada anteriormente, en tanto que raras veces se puede eludir o bien no depende de una sola persona que no ocurran los hechos.

¿Se puede hacer algo para tener profecías?

Para facilitar el acceso a esta clase de información, habría que cultivar la intuición, escuchando y atendiendo a esa “voz interior” que acostumbramos a ignorar, y que nos informa frecuentemente en ciertas situaciones. Haciendo caso a las certidumbres sin base aparente y siguiendo nuestros dictados interiores, estamos desarrollando la percepción que nos lleva a tener sueños premonitorios o bien profecías a lo largo de la vigilia.