Relación entre Esencias y Espiritualidad

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Relación entre Esencias y Espiritualidad

Grupo I – Temor

Grupo II – Incertidumbre

Tanto Paracelso como Hahnemann no dieron relevancia a los detalles de la enfermedad mas si que se la dieron a la personalidad y trataban al paciente internamente.

Aseveraron que si nuestros aspectos mental y espiritual se hallan en armonía, la enfermedad no puede existir y que se puede juzgar la salud desde la dicha. Hahnemann pudo revisar que todo lo que provocaba envenenamiento podía, administrado en cantidades mínimas, sanar y de esta manera elaboró su ley de “lo afín cura lo similar” y el doctor Bach defendió que la enfermedad no se produce de manera directa en un plano físico sino viene de más arriba; brota como enfrentamiento entre nuestro ego y nuestra conciencia. Esta falta de armonía se manifiesta en el cuerpo a través de desórdenes de los sistemas y tejidos orgánicos.

El propósito de la enfermedad es el de que tomemos conciencia de los fallos y no llevemos demasiado lejos nuestras actitudes equivocadas y habría que comprenderla como un toque de atención. La sanación o bien la prevención de la enfermedad consistiría en la disolución de estos enfrentamientos entre nuestro ego y nuestra conciencia.

Volviendo a Hahnemann, expresaremos que toda sanación que procede del exterior es dañina pues si bien sirve de alivio orgánico no suprime el defecto. Las flores de Bach como algunos antídotos de la farmacopea homeopática tienen la capacidad de elevar las vibraciones de los canales de recepción de nuestra parte espiritual.

Todas y cada una de las esencias que el doctor Bach descubrió están esencialmente dirigidas a nuestra parte espiritual y están divididas en 7 conjuntos tipológicos. Cada uno de ellos de estos conjuntos contiene diferentes esencias y en su totalidad son treinta y ocho. Cabría destacar que en todos y cada uno de ellos de estos conjuntos siempre y en toda circunstancia hay una esencia que toca de forma más directa la parte espiritual.

Conjunto I – Miedo

Aspen (Alamo Temblón) ayuda a la aprehensión de mundos espirituales más elevados filtrando toda la información que nos llega de otros planos y en suma facilita la manifestación de nuestro Ser aportando una ayuda valiosa para superar cualquier tipo de temor por el hecho de que conforme adquirimos conocimiento, nuestro ego y sus temores van desapareciendo.

Conjunto II – Inseguridad

Wild Oat (Avena Silvestre) actúa activamente aportando armonía entre nuestro ego y nuestro Ser. Esta esencia se caracteriza por el hecho de que deja entrar la información intuitiva que se precisa cuando no se tiene claro el rol a desempeñar en este planeta, ayudando a aclarar como es la vocación, el don, la habilidad, etcétera de quién se cuestiona qué debe hacer con su vida.

Conjunto III – Falta de interés por las circunstancias actuales

Chesnut Bud (Brote de Castaño Blanco) ayuda a digerir todos y cada uno de los procesos por los que el sujeto va pasando, facilitando extraer la parte positiva de todas y cada una de las experiencias vividas.

Conjunto IV – Soledad

Water Violet (Violeta de Agua) ayuda a desapegarnos de nuestra personalidad, de nuestros perjuicios y opiniones para poder aprender con mayor sencillez y amplitud de miras.

Conjunto V – Hipersensibilidad a influencias y también ideas extrañas

Holly (Acebo) minimiza la disarmonía que se genera entre nuestra personalidad y nuestro Ser.

Conjunto VI – Desanimo o bien desesperación

Estrella de Belen actúa como un sellador energético de los sentimientos de nuestro ego y devuelve la guía a nuestro Ser.

Conjunto VII – Sobreprotección o bien preocupación por el bienestar extraño

Beech (Haya) ayuda a entender, poniéndose en el sitio del resto.

A una parte de estas 7 esencias cabe destacar a Cerato (Ceratoestigma) en tanto que es parte de los 12 sanadores y que está encuadrada en el conjunto II (inseguridad)

Cerato es la flor de la sabiduría, da la adquisición del conocimiento y desarrolla una solidez que disipa las dudas en el propio criterio. Estas dudas generan una dispersión total por el hecho de que llevan a la permanente busca de consejo, forzando a proyectarse en un sinfín de cosas distintas y distrayéndonos de lo que realmente importa.