Articulo de Vida sana sobre Me odio a mi mismo, ¿por qué?.
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Nosotros, nuestro peor enemigo
Me odio a mi mismo, ¿por qué?
Nosotros, nuestro peor contrincante
Bastantes personas viven en un sufrimiento progresivo, duermen con su peor enemigo, mismas.
Esto sucede cuando no me quiero, me rechazo a mí mismo/a, me siento mal con todo cuanto hago, digo, siento No me agrada mi cuerpo, me siento desfavorecido/a Me odio a mi mismo.
El rechazo más doloroso que puedo percibir en la vida, es que me odie, que no me quiera, que no soporte como soy. Ante esto no hay consuelo.
Me odio a mi mismo, ¿por qué razón?
Desde nuestra infancia, hemos recibido de nuestros progenitores o bien personas que los reemplazaron, un trato, una valoración, un reconocimiento¿, unos afectos .Y estos fueron el origen de todo.
Cuando nacemos, ya antes de tener una conciencia propia, nuestros seres queridos están aportando información a mi vida. Ellos van a ser el espéculo en el que vamos a aprender a mirarnos, a través del que, voy a saber quien soy y me voy a sentir satisfecho o bien no, conmigo mismo/a.
Si, desde el nacimiento, me trataron con AMOR, AFECTO, VALORACIÓN, RECONOCIMIENTO, PROTECCIÓN Y SEGURIDAD, todo esto queda en la persona adulta que voy a ser después, aportándome una conveniente AUTOESTIMA, AMOR, RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN, o sea, me voy a sentir satisfecho con quien soy o bien con quien me afirmaron que era y me creí firmemente.
Si al contrario, por circunstancias, desde la niñez no he recibido AMOR ni VALORACIÓN suficiente, medraré sintiéndome no querido, y por lo tanto no válido; No me agradaré, voy a soñar con ser de otra manera diferente a como soy, y voy a arrastrar la insatisfacción personal y el dolor de un sentimiento destructor, EL ODIO.
¿Por qué razón no me quisieron?
En la mayoría de las ocasiones, nuestros progenitores nos quisieron y intentaron darnos lo mejor que supieron y tuvieron. Probablemente, las circunstancias fueron desfavorables y eso influyó en la manera y las posibilidades de crianza.
Habitualmente, nuestros progenitores, expresaron de igual manera su Amor y cariño a todos/as sus hijos/as, no obstante, ¿porqué unos hijos/as se sienten queridos y otros no?.
Desde nuestro nacimiento, ya somos diferentes, y si bien nuestra personalidad está por formarse, genéticamente tenemos una predisposición que nos hace aproximadamente sensibles y receptivos a los estímulos que recibimos del ambiente y las personas que nos rodean.
Por lo tanto, en exactamente el mismo ambiente, 2 personas no van a recibir lo mismo, pudiendo una de ellas precisar más muestras de cariño y aprecio que otra, y por consiguiente, sintiéndose menos valorado/a y querido/a.
Evidentemente, la percepción de los progenitores, puede ser realmente diferente, pensando que dan a sus hijos/as todo cuanto precisan, por el hecho de que evidentemente, ignoran la sensibilidad o bien necesidades de sus descendientes.
¿Y qué puedo hacer ahora?
Desde que soy adulto y siendo consciente de que no me quiero, sino más bien me odio a mi mismo, ya puedo comenzar a mudar ese sentimiento.
Es un trabajo interior, que empieza en el momento en que nos sentimos en paz con nuestro pasado, nuestra niñez y nuestros progenitores.
Respetando y admitiendo que hicieron todo lo mejor que supieron, o bien que las circunstancias les dejaron, y que en consecuencia no son culpables de mi sentimiento ni de mis faltas.
Como, ni , ni ningún otro adulto, pueden hacer nada por mudar esto que siento, si bien en ocasiones, busque en ellos consuelo, aprobación, reconocimiento y cariño.
Lo que, pese a recibirlo, no calma el odio que tengo cara mí, de ahí que, no es ese el camino.
¿De qué manera comenzar a quererme?
Cuando ya no dependo del resto, puedo comenzar a mirar cara mí mismo/a, buscando el AMOR, RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN tan anhelado en mí.
Para esto, debo ACEPTARME, tal y como soy.
Comencemos haciendo un ejercicio de RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN de mis valías, que seguro las tengo, y con esto, mis logros y éxitos.
Y prosigo mi ejercicio, sintiendo la SATISFACCIÓN PERSONAL, y a fin de que este sentimiento y todas y cada una mis cualidades, mis capacidades y mis habilidades prosigan en mí, descubro el AMOR cara MÍ MISMO/A. Me atrevo a decir ME AMO.
Reconozco y admito mis debilidades
Y como una parte de esta Aceptación, asimismo reconozco mis debilidades, defectos e inclusive fallos, los ACEPTO también; Todas y cada una de las personas los tenemos.
Si bien en este caso, me planteo aprender de ellos, para mudarlos, convertirlos en positivo, e inclusive sostenerlos, si no es posible alterarlos, sin que estos representen quien soy, ni sean los autores de mi rechazo.
Para esto, modifico su relevancia y los admito como parte de mí, mas solo una parte y no la más esencial, de esta manera reduzco el malestar que me producen, y incremento la relevancia de otras cualidades, que sí me hagan sentirse bien conmigo mismo/a.
Y poquito a poco, voy a aumentar mi AUTO-ESTIMA, reconociéndome como una persona única, valiosa y merecedora de una vida plena y Feliz, en la mejor compañía, uno/a mismo/a.