¿Cómo hacer exfoliantes caseros?

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¿Cómo hacer exfoliantes caseros?

¿Qué es un exfoliante?

¿Por qué exfoliar la piel?

¿Qué es un exfoliante?

Un exfoliante es un producto para la piel capaz de quitar toxinas y células fallecidas. La exfoliación es un proceso natural que la piel efectúa cada mes más o menos, mas que con los años, conforme se avejenta, este proceso se extiende.

Si las células fallecidas se quedan en la superficie, las que se marchan produciendo no tienen espacio para desarrollarse. Entonces, la piel adquiere un aspecto apagado y un tacto áspero, de forma frecuente con puntos negros.

¿Por qué razón exfoliar la piel?

Las glándulas sebáceas generan el componente graso de la piel que se extiende para formar una capa protectora. En las pieles grasas con tendencia a generar mucho sebo este queda adherido al poro dando sitio a los puntos negros y espinillas. Asimismo, impide que las células viejas se desprendan, taponando de esta forma los poros.

En el caso de las pieles secas, la acumulación de células fallecidas, adheridas entre sí para eludir la deshidratación, reseca el cutis por carencia de humectantes naturales. Al exfoliar esta piel, se crea un espacio a fin de que las nuevas células puedan retener la humedad y darle a la piel un aspecto más saludable.

La exfoliación debe formar parte de los cuidados de belleza para el semblante y cuerpo. Si se trata de una piel grasa, se aconseja exfoliarla cada 3 o bien 4 días, al paso que para las pieles más secas y sensibles es suficiente con una exfoliación semanal. No obstante, en el caso de las pieles con inconvenientes de eccemas, dermatitis atópica, seborreica, etcétera , no es conveniente emplear exfoliantes.

¿De qué forma hacer exfoliantes caseros?

Los exfoliantes caseros se pueden preparar desde el aceite vegetal (oliva, almendras, sésamo…) que se desee, solo es preciso que el aceite escogido sea de calidad.

Se precisa asimismo un componente granulado como el azúcar, la sal, o bien copos de cereales. En el caso de las pieles secas se aconseja emplear componentes de grano fino y en el caso de las pieles grasas emplear componentes de grano más grueso.

Es esencial no olvidar siempre y en toda circunstancia humectar la piel ya antes de aplicar el exfoliante casero para eludir irritaciones y daños en los pilíferos más superficiales de la piel.

Exfoliantes faciales y naturales

Exfoliante facial de café: preparar una mezcla con un tanto de café molido añadido a la leche limpiadora. Aplicar con movimientos circulares, dejar actuar unos quince minutos y aclarar en agua temperada.
Exfoliante de avena: entremezclar dos cucharadas de leche en polvo, media taza de avena molida y una cucharadita de maicena. Añadir agua hasta formar una pasta. Aplicar la mezcla en cuello y semblante a través de un ligero masaje. Lavar con rebosante agua.
Limón y azúcar para exfoliar el cutis: se ponen 2 cucharadas soperas de azúcar en una taza y se le añade el jugo de medio limón. Se aplica como en los casos precedentes.
Nueces: si combinamos nueces molidas y yogur natural conseguimos un estupendo exfoliante facial casero. Las nueces suprimen las células fallecidas y el iogur actúa como desinfectante, además de esto el ácido láctico que contiene el yogur combate la piel seca y las arrugas.

Exfoliantes caseros anatómicos

Aceite de Argán y canela: el aceite de argán tiene una acción antioxidante, con lo que este exfoliante casero es estupendo para mitigar las líneas de expresión y reducir las arrugas. Para su preparación se deben entremezclar 2 cucharadas de aceite de argán con 2 de sal marina gruesa, y se le agrega una cucharada de canela en polvo más cascarilla rallada de naranja.
Chocolate y coco: se precisa media taza de azúcar moreno, aceite vegetal y una cucharada de caco en polvo y otra de cacao rallado. Se humecta la piel y se extiende la mezcla masajeando todo el cuerpo.

La exfoliación de la piel conforme el Aiurveda

El Aiurveda emplea yerbas pulverizadas para adecentar y exfoliar la piel a diario. Las yerbas ejercitan la función de una limpiadora áspera para suprimir la suciedad, las toxinas, los contaminantes y las células fallecidas, mas sin privar a la piel de su humedad. Al tiempo equilibran, alimentan y reparan sin agregar componentes tóxicos.

Para una exfoliación más profunda se aconsejan las mascarillas de yerbas una o bien un par de veces a la semana. Las células de la piel se renuevan a una tasa de un millón por hora, de forma que es esencial hacer una exfoliación suave todos y cada uno de los días.

No obstante, las células fallecidas forman la capa superficial protectora de la piel, la que, de ser arrancada prematuramente y en exceso deja desamparada la capa de células nuevas. Si estas últimas no medran al ritmo con que suprimimos las viejas, va a haber inconvenientes.

“La belleza no es una capa de barniz que cubre las cosas; no se halla a flor de piel; no es una cosa que se agrega para hacer admisible una cosa fea. Es una parte de la naturaleza del objeto“.