Consejos para vivir feliz

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Jackson Brown no es un enorme pensador, es solo un hombre común, un padre preocupado por la dicha de su hijo al que escribió estos simples “consejos”. Justo en el instante que este se iba a estudiar a la Universidad, lejos de su casa.

Su hijo decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros de estudio.
Tuvieron tanto éxito, que una editorial le solicitó autorización a Brown para editar un libro con ellos.

Poco más tarde, ampliado bajo el titulo “Vivir Feliz”, se transformó en un Best Seller que lleva decenas y decenas de ediciones y Millones de ejemplares traducidos a múltiples idiomas.

Para Vivir Feliz

Observa el amanecer al menos una vez por año.
Angosta la mano con solidez, y mira a la gente de en frente de los ojos.
Ten un buen equipo de música.
Escoge a un asociado de igual forma que escogerías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde eres enclenque y a la inversa.
Desconfía de los fanfarrones: absolutamente nadie presume de lo que le sobra.
Recuerda los aniversario de la gente que te importa.
Evita a las personas negativas; siempre y en toda circunstancia tienen un inconveniente para cada solución.
Maneja autos que no sean carísimos, mas date el gusto de tener una buena casa.
Jamás hay una segunda ocasión para ocasionar una buena primera impresión.
No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le afirmes a alguien que pierde el pelo. Ya lo sabe.
No afirmes que te falta tiempo, tienes el mismo numero de horas al día que las que recibieron Helen Keller, Pasteur, Miguel Ángel, la Madre Teresa de la ciudad de Calcula, Leonardo da Vinci y Albert Einstein.
Recuerda que se consigue más de las personas por medio del estímulo que del reproche.
Anímate a presentarte a alguien que te cae bien sencillamente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es zutano de tal; aún no nos han presentado.
Jamás conmines si no estás presto a cumplir.
Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.
Haz lo que sea adecuado, sin importar un mínimo lo que otros piensen.
Dale una mano a tu hijo toda vez que tengas la ocasión. Va a llegar el instante en que ya no te va a dejar hacerlo.
Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas. Sitúa tus intenciones en el marco de tus posibilidades.
Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin riesgo.
No hay solamente bastante difícil que contestar a las preguntas de los necios.
Aprende a compartir con el resto y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir)
Asiste a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo extraño.
Confía en Dios, mas cierra tu auto con llave.
Recuerda que el enorme amor y el enorme reto incluyen asimismo “el gran riesgo”.
Jamás confundas riqueza de manera exitosa.
No pierdas jamás el sentido del humor y aprende a reírte de tus defectos.
No aguardes que otro sepa lo que deseas si no lo afirmas.
Haz 2 copias de las fotografías que saques y envíalas a quienes aparezcan en las fotografías.
No olvides que el silencio es en ocasiones la mejor contestación.
No deseches una gran idea pues no te agrada de quien viene.
Jamás adquieras un jergón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.
No confundas confort con dicha.
Jamás adquieras nada eléctrico en una feria artesanal.
Escucha el doble de lo que charlas (de ahí que Dios nos dio 2 oídos y una sola boca)
Cuando precises un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.
Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus oponentes.
Jamás envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
Recuerda que la dicha no es una meta sino más bien un camino: goza mientras que lo recorres.
Si no deseas sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo…
Sencillamente goza al límite de todo cuanto Dios pone en su camino.