Dieta para el hígado, pautas básicas

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Dieta para el hígado, pautas básicas

Enfermedades típicas del hígado

¿En qué puede ayudarnos la alimentación?

El hígado es el órgano más grande del cuerpo. Es principal en nuestro sistema digestible. Ciertas de sus funciones vitales son: facilita la digestión de las grasas, filtra la sangre de toxinas y convierte los comestibles en energía.

Enfermedades habituales del hígado

Hepatitis: es una inflamación del hígado. Ciertas causas primordiales son el exceso de alcohol, infección viral, intoxicación por fármacos o bien productos químicos.
Inconvenientes de vesícula: inflamación y capacitación de piedras. Se genera por una dieta en demasía de proteínas animales (carnes, pescado, huevos y lácteos).
Hígado graso: acumulación excesiva de grasa en el hígado. Los factores que favorecen su aparición son los radicales libres, diabetes, colesterol, triglicéridos y obesidad.
Enfermedad alcohólica hepática: se genera por la ingesta de alcohol de una forma frecuente y que puede derivar cara cirrosis (degeneración crónica de las células del hígado).

¿Exactamente en qué puede asistirnos la nutrición?

Una conveniente dieta para el hígado es indispensable para la prevención de las enfermedades citadas, como la desintoxicación de este órgano. Asimismo resulta prioritaria cuando el hígado está perjudicado para eludir que el daño producido sea mayor. Se tienen que seleccionar los comestibles apropiadamente para adecentar el hígado, sobretodo si este está enfermo.

Comestibles convenientes

Deseo resaltar la relevancia de una nutrición con productos biológicos para el hígado. La ingesta de productos químicos (nutrición y productos químicos del hogar) es una de las causas esenciales por las que este órgano se enferma, en tanto que recordemos que cumple una función indispensable en el filtrado de toxinas.

Frutas y verduras, puesto que son más simples de digerir. Las proteínas vegetales que proceden de los cereales integrales y de las legumbres, como tofu, seitán, tempeh, youghourts de soja, miso, bebidas vegetales. Derivados lácteos en poca cantidad como iogur, kéfir, queso fresco y requesón.
Las grasas insaturadas como el aceite de oliva virgen, aceite de lino, soja o bien cártamo. Semillas de sésamo, aguacate, nueces, semillas de calabaza. Emplear la zumoterapia como desintoxicante, como los caldos de verduras con apio, col, zanahoria, rábano y nabo. Las algas como grandes eliminadoras de metales pesados del organismo.
Zanahoria, alcachofa, escarola, apio, rabanito, espinacas, bardana, remolacha, diente de león, achicoria, berros, uva, manzana, peras, ciruela, cítricos y frutos del bosque. Los ajos y la cebolla. La miel de abeja, avena, picles, chucrut y comestibles fermentados.

¿Cuáles son los comestibles que NO nos resultan convenientes?

Comenzamos por el alcohol ya comentado. Los comestibles procesados que poseen gran cantidad de conservantes y colorantes, que después el hígado debe digerir. Exceso en el consumo de proteínas de origen animal. Las grasas hidrogenadas como la mantequilla y la margarina. Los productos lácteos enteros.

Los comestibles envasados y precocinados, en tanto que acostumbran a contener muchas grasas. El freír las grasas o bien grasas recalentadas. Los pasteles, tartas, galletas, bollería, caramelos y todo género de comestibles ricos en azúcares simples, incluidos acá los edulcorantes artificiales.

Se tiene que disminuir al mínimo el consumo de comestibles muy salobres como el jamón, la panceta, los embutidos, comestibles en salazón y ahumados. Facilitan la retención de líquidos y pueden dañar el hígado, o bien si este está enfermo lo dañan todavía más.

Dieta para el hígado, pautas básicas

Comer en en muchas ocasiones y poca cantidad. Las comidas rebosantes sobrecargan el hígado.
Prestar atención a las comidas vueltas a utilizar, en tanto que si no han tenido un buen proceso de conservación, pueden producir agentes patógenos contaminantes.
Los comestibles animales crudos o bien semicrudos deben ser bien elegidos, en tanto que asimismo son una fuente de infecciones a una escala que no podemos estimar.
Lavar bien las frutas y verduras, si estas no son de producción ecológica.
Acrecentar el consumo de comestibles frescos, de temporada, de proximidad y lo más libres de posibles pesticidas.
Los productos químicos que empleamos frecuentemente en el hogar asimismo son perjudiciales para el hígado.
Una automedicación o bien la utilización irresponsable de los fármacos, produce tóxicos y también inflamación en el hígado.

¿Sabías que…?

Un hígado colapsado te puede producir excitación, nerviosismo y también irritabilidad. Su emoción es la ira. Si este órgano no marcha adecuadamente vas a tener falta de claridad de pensamiento, vas a sentir fatiga, con la coherente reducción de energía, quitándote entusiasmo, ambición y las ganas de hacer cosas.