Dormir con los niños ¿es malo?

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Dormir con los niños ¿es malo?

La vida es sueño

Al colecho pecho

La vida es sueño

En la historia de la humanidad, desde los primeros homínidos que vivían en grutas, hasta la aparición hace únicamente cerca de ciento cincuenta años, de la residencia de habitaciones o bien compartimentos separados, sabemos que nuestros ancestros han practicado el colecho.

Colecho significa dormir con los hijos. Puede ser desde compartir exactamente la misma cama de los progenitores, como poner la cuna adosada a la cama familiar o bien, poner una cama individual adosada a la cama grande.

Al colecho pecho

A lo largo de siglos, las madres y los hijos dormían juntos compartiendo exactamente el mismo lecho. Los bebés se sentían protegidos, recibían calor y leche materna y se robustecían los nudos cariñosos. Si el bebé presentaba algún malestar, los progenitores estaban cerca para aliviarle.

Además de esto, el contacto físico con la madre estimula hormonalmente la producción de leche, favoreciendo por ende la lactancia materna. Recientes estudios han probado, que los pequeños que comparten sueño con sus progenitores, amamantan prácticamente el doble y más veces equiparado a los que duermen solos.

De esta manera, el ritmo de sueño infantil cambia acortándose la fase de sueño profundo y, por ende reduciendo el peligro de muerte súbita del lactante, que se piensa ocurre en esta fase del sueño. Como el máximo desarrollo neuronal ocurre en la fase superficial del sueño, el colecho no solo favorece la lactancia materna sino asimismo acelera el desarrollo cerebral del bebé.

Dormir con los pequeños ¿es malo?

Son los progenitores los que determinan conforme a sus patrones culturales, el dónde y cuando y, los ritmos de sueño de sus infantes. Y es conforme a estas diferencias culturales, que existen creencias tan dispares en el momento de tratar el sueño infantil.

Los progenitores norteamericanos estiman que los bebés deben dormir solos, para promover su independencia y autosuficiencia. Compartir cama con los hijos les semeja extraño y éticamente incorrecto. De esta forma, el sueño infantil adquiere un tono ética con una base cultural evidente.

En los países occidentales y sobre todo en E.U., dónde se da mucha relevancia a la independencia y la autoestima, es dónde más bebés duermen solos en una habitación diferente. Aparte de este cometido social, subyace un propósito fundamental: la manera de instruir a los pequeños a descubrir el planeta desde el primero de los días, determinará en buena medida su comportamiento como adultos.

Sueño infantil y cultura

En aquellas etnias donde los progenitores tienen como prioridad integrar al nuevo hijo en la familia y en la sociedad, los bebés se sostienen siempre y en toda circunstancia cerca, aun a la noche. Para los nipones por poner un ejemplo, el término de familia incluye compartir la noche. En contraste a la familia americana nuclear, que el papel primordial lo tiene la pareja, el modelo de familia nipona se ocupa de la madre y los hijos y, el padre se sostiene aparte. Los pequeños nipones se acuestan en futones en la habitación de sus progenitores, que prefieren no dormir solos. Los nipones ven al pequeño como un individuo aparte, que debe ser atraído cara una relación codependiente, sobre todo con la madre.

Para finalizar, mentar a las madres holandesas que han establecido un modelo con respecto al sueño infantil diferente. Creen que es preciso regular todos y cada uno de los aspectos de la vida del bebé y, el sueño es uno de ellos. Le dan una suma importancia a la rutina y, en contraste a los progenitores norteamericanos que se esmeran por hallar soluciones inmediatas a fin de que sus hijos duerman toda la noche, a los pequeños holandeses los acuestan temprano y siempre y en toda circunstancia a exactamente la misma hora. Si se despiertan, deben entretenerse solos hasta la hora de levantarse. Las madres holandesas sostienen este plan riguroso, haciendo todos y cada uno de los días lo mismo, ofertando a sus hijos un entorno estable que les da confianza y seguridad.

¿Cuál es la regla de oro?

En conclusión podríamos decir, que desarrollar una pauta de rutinas con las comidas y con el sueño todos y cada uno de los días de la semana, como crear un ambiente estable y, instruir a los pequeños como relajarse y dormir, sería la regla de oro para un sueño infantil saludable, en tu cama o bien en la mía.