Articulo de Animales sobre El adiós a nuestra mascota.
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En nuestro caso esto ocurrió ya hace muchos años, mas es un recuerdo indeleble. Llego cuando tenía un mes y le pusimos el nombre de Wamba. Era una hembra de Pastor Alemán y se transformó en la mejor amiga y compañera de juegos de nuestros hijos.
Medraron juntos, Wamba y los pequeños, si bien, evidentemente, se transformó en adulta en escaso tiempo y los pequeños pasaron a ser sus cachorros. Ella fue la mejor niñera que nuestros hijos pudieron tener. Sacrificada y protectora.
Mas los años pasaron y para Wamba llego la vetustez.
La vetustez de nuestra mascota
Un año de vida de un can equivale a 7 años de vida de las personas, con lo que un can con diez o bien 12 años es ya un anciano y, como pasa con los humanos, sus facultades se ven mermadas y su salud se resiente.
Por suerte los dueños de los animales cada vez se preocupan más de sus mascotas y intentan darles todas y cada una de las atenciones precisas a fin de que vivan una buena vetustez.
Mas a veces no se puede ganar la lucha y se debe tomar la bastante difícil resolución de decir adiós a nuestra mascota puesto que su vida ya no es agradable y está padeciendo.
¿Que hacer dada esta situación?
Nuestra mascota se hace mayor y llega un instante en que los cuidados que podemos darle no le asisten a prosperar. Lo mejor que podemos hacer es preguntar con nuestro veterinario de confianza.
El veterinario nos afirmará cuando ya no se puede hacer nada por alargar la vida de nuestra mascota y, si bien a nosotros nos resultará bastante difícil de admitir puesto que es un miembro más de nuestra familia, debemos oír su opinión y prepararnos para decirle adiós a nuestra mascota.
Por mí experiencia con Wamba sé lo complicado que resulta admitir el consejo del veterinario y admitir que ya no se puede hacer nada a fin de que la mejor amiga de tus hijos pueda llevar una buena vida, hay que despedirse.
¿Va a padecer nuestra mascota en sus últimos instantes?
En el caso de nuestra querida y vieja amiga, ya estaba padeciendo mucho puesto que tenía un tumor que no podía ser operado y que le impedía pasear y moverse, eso unido a que tenía 13 años hizo que el veterinario nos diese el único consejo que asistiría a Wamba a reposar.
Bastante difícil y doloroso, mas admitir que ya no podemos hacer solamente y prepararnos para darle el último adiós a nuestra mascota es lo mejor para ella.
El veterinario va a ayudar a nuestra mascota a fallecer, va a dejar de padecer sin sofocación y sin dolor y los miembros de su familla van a estar junto a ella para decirle adiós.
Tras la despedida
Cuando afirmamos adiós a nuestra mascota todos lloramos con mucha tristeza, quizá haya personas que no comprendan que se llore por un can mas cuando ese animal ha compartido 13 años de vida con tu familia es un miembro más y la despedida es muy, realmente triste.
Wamba se durmió por siempre ya hace muchos años, mas todos proseguimos recordándola con mucho amor.
A los pequeños les puede resultar realmente difícil comprender que su amigo ya no está, que no lúcida de su sueño, hay que asistirles a superar la pérdida animándoles a charlar de los instantes que compartieron e inclusive, por que no, a que hagan dibujos de su mascota.
Decir adiós a nuestra mascota no es homónimo de olvido. Ellas siempre y en todo momento van a vivir en nuestros recuerdos.
Llegado el instante podemos agregar otra mascota a nuestra vida, como la precedente nos va a dar muchas alegrías y satisfacciones.
