La disgrafía en los escolares

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La disgrafía en los escolares

¿Qué es la disgrafía?

¿Qué suele acompañar a la disgrafía?

¿Qué es la disgrafía?

Lleva por nombre de esta manera a la complejidad para redactar a mano de forma inteligible, con trazos convenientes. Es un término que se aplica desde la sicología, pedagogía, educación normalmente, a los casos de escolares que tienen malísima letra, que confunden los grafismos y a los que cuesta mucho articular los trazos, dando la sensación sus escritos de desorden y caos. Si no se aborda el inconveniente este se traslada lógicamente a la edad adulta.

Vemos en estos pequeños, al comienzo de la escuela primaria, al dibujar o bien hacer letras y números, un enorme esmero por su lado, con escasos resultados.

¿Qué acostumbra a acompañar a la disgrafía?

Los pequeños que sufren disgrafía es muy normal que tengan “muy mala letra” una forma algo desorganizada de “estar en el mundo”: les cuesta organizarse tanto a nivel escolar como en otros campos de la cotidianidad: pierden sencillamente las cosas, tienen olvidos… Asimismo acostumbramos a localizar brusquedad con los objetos, que se les rompen habitualmente. Afirmemos que son generalmente torpes en lo que a motricidad fina se refiere.

¿Por qué razón se genera?

La disgrafía se genera por el hecho de que hay una traba en el proceso evolutivo del pequeño que no le ha tolerado organizarse totalmente bien a nivel neurológico. O sea, en una edad en la que se le solicita el grado de madurez preciso para poder trasladar con parcialmente precisos movimientos de muñeca y de dedos, sus primeros grafismos en el papel, el pequeño no está preparado.

El pequeño pone interés, vemos que desea hacerlo bien, lo vemos padecer, tal vez hasta le sudan las manos.

Situaciones que pueden influir en la aparción de la disgrafía:

Partos prematuros o bien nacimientos traumáticos o bien con determinado grado de sufrimiento fetal. El bebé recibe una impronta negativa que se traduce en una contestación del sistema inquieto que lleva a la contracción y a una tendencia a un estado de “alerta”. Desde esta tensión los aprendizajes cuestan más, y se ve meridianamente en el momento de redactar.
Algún accidente, algún golpe que haya dejado secuelas en el cerebro. Conforme las áreas perjudicadas los síntomas son diferentes, mas pueden traer las contrariedades que nos ocupan.
Situación específica que sucede en el ambiente familiar y que el pequeño vive con aproximadamente angustia: separación de los progenitores, un cambio de casa, la venida de un hermanito…

Sepamos distinguir y distingamos bien…

En un instante de rebeldía por los motivos que sean, el pequeño puede enseñar su agresividad en el papel: dibuja fuerte, borronea, rasguea, mancha… Tiene la capacidad para hacerlo bien, mas no desea.

Hay siempre y en todo momento que acercarse al pequeño desde la entendimiento para comprender ya antes de actuar. El inconveniente de la rebeldía acostumbra a ser pasajero, mas cuando vemos meridianamente, tras la detenida observación, que hay una complejidad de fondo…

¿Qué podemos hacer?

Trabajemos la base motora del pequeño, volvamos evolutivamente a periodos precedentes y juguemos con él en el suelo (arrastre, gateo…), favorezcamos el contacto con su cuerpo y su libre experimentación con materiales que le asistan sensorialmente.
Introduzcamos instantes de relajación en casa, ofrezcámosle la ocasión de estar recogido, acurrucado con nosotros.
No le “machaquemos” con los trazos. No puede hacerlo mejor y una activa basada en el adiestramiento férreo a que se esmere solo le creará más inseguridad y un enorme tedio y rechazo de lo escolar.
Para aproximarlo a los grafismos, y siempre y en todo momento siguiendo el ritmo del pequeño, comencemos por trazos grandes, en una extensa superficie (un mantel de papel en el suelo, por servirnos de un ejemplo, o bien en una pizarra).

Con este trabajo puede ser suficiente a fin de que mejore la grafía y el bienestar general de nuestro hijo. Si no es de esta manera, no vacilemos en contactar con un profesional. Lo antes posible se realice el abordaje del inconveniente, mejor pronóstico hay.

Un consejo:

Justo cuando vemos al pequeño iniciarse en los trazos, el jugar con una cinta de gimnasia rítmica (de tamaño pequeño) ayuda mucho: trabajan el giro de la muñeca desde el juego y los movimientos que se logran con la cinta de colores les chiflan.