Los delfinarios son cárceles para los delfines

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Los delfinarios son cárceles para los delfines

Delfinarios: cárceles para delfines

¿Son los delfinarios el mejor lugar para conocer a los delfines?

Delfinarios: prisiones para delfines

Una de las cosas a la que más valor da el humano es su libertad. Libertad de pensamiento, de movimiento, de ideas, etcétera Ser libres es fundamental para nosotros y a absolutamente nadie nos agrada que nos impongan las cosas.

No obstante nos consideramos tan superiores a otros animales que les privamos de eso que es tan esencial para nosotros, les privamos de su libertad.

Se atrapan delfines y se les encierra en delfinarios dónde, nos quieren hacer pensar, viven felices ejecutando zapatetas y todo tipo de ejercicios para entretenernos.

Ciertos delfines empleados en los delfinarios no conocen la libertad y han pasado su vida en un tanque sin probar la vida para la que están dotados. Son animales veloces, inteligentes que jamás van a tener la posibilidad de conocer los ritmos del mar, no van a poder nadar a alta velocidad ni emplear sus sentidos y también inteligencia para alimentarse.

Los defensores de los delfinarios afirman que los delfines que han estado su vida en cautividad han perdido sus habilidades y no serían capaces de vivir en el océano. Y quizás estén en lo correcto mas este inconveniente se solventaría dejando de apresar delfines y dejando que estos preciosos animales se desarrollen en su medio natural.

Los delfinarios no dejan de ser una prisión, un sitio dónde seres fantásticos se ven forzados a vivir entreteniendo s otros “animales” que se consideran superiores a ellos.

¿Son los delfinarios el mejor sitio para conocer a los delfines?

Con la disculpa de que por medio de ver actuar a los delfines en los delfinarios nos ayuda a conocerlos mejor se justifica su atrapa y encarcelamiento.

La verdad es que ver a los delfines jugar a baloncesto, efectuar movimientos al ritmo de la música o bien llevar sobre sus espaldas a sus adiestradores no nos enseña nada sobre los delfines puesto que estas no son actividades que efectúen cuando viven en libertad, con lo que viéndoles efectuar estas actividades poco aprenderemos sobre ellos.

El comportamiento de los delfines en los delfinarios es absolutamente antinatural y todos tenemos que saber que su vida en libertad nada debe ver con lo que se nos enseña en los delfinarios.

A lo largo del espectáculo de los delfines sus adiestradores dan explicaciones superficiales sobre la fisiología de estos animales y con esto pretenden que estos espectáculos son educativos. Absolutamente nadie habla ni da explicaciones de de qué manera fueron capturados, distanciándoles de sus manadas y de la vida para la que están preparados y transformándoles en un objeto de entretenimiento.

Y, pues los delfinarios son un negocio, el fin primero es lograr que el negocio sea rentable, es decir que en suma lo que pretenden es el mayor beneficio económico posible.

¿Qué podemos hacer?

Como ya hemos dicho esto es un negocio y lo que podemos hacer es dejar de acudir como público a estas exhibiciones. En la medida en que los delfinarios se llenen de personas y los dueños consigan beneficios se proseguirán capturando delfines para ser explotados.

Todos somos seres libres con derecho a gozar de nuestra libertad y los llamados “animales racionales” habríamos de ser los más respetuosos con todas y cada una de las formas de vida de nuestro planeta.

¿Sabías qué…?

El primer delfinario se edificó en mil novecientos treinta y ocho en St. Augustine, Florida.

La esperanza de vida de los delfines en cautividad es sensiblemente inferior a la que tienen en libertad.

Los delfines emplean la eco ubicación para navegar y apresar. Acostumbran a apresar en conjunto.

Los delfines no se ahogan mientras que duermen pues parte de su cerebro se sostiene lúcida a fin de que puedan proseguirse respirando.