Parto y dolor, ¿únicamente o hay algo más?

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Miedo al parto y al dolor

Nos adentramos en un tema complicado, resbaloso y que, naturalmente, tiene tantas adeptas como detractoras: el parto natural con la asunción tácita del dolor. ¿En contra? ¿A favor? ¿Sería bueno un parto más natural, menos medicalizado, menos controlado? ¿En qué momento hay que aceptar parto y dolor sin entrar en terrenos resbalosos y peligrosos?

Parto y dolor, ¿solamente o bien hay algo más?

Comencemos, futura mamá, tanto si ya estás en cinta como pensando en acrecentar la familia, con los horribles números en la mano. Es bien verdad, que en los países industrializados (Europa, Canadá, E.U. o bien una buena parte de las zonas urbanas de Hispanoamérica) se abusa, demasiado, del “protocolo” para dar a luz.

La mujer, en ocasiones, no es respetada en sus deseos. Se hacen demasiadas pruebas, se recurren a muchos medicamentos y eso sin contar del excesivo número de cesáreas. Semeja que parto y dolor están tan íntimamente unidos que la futura mamá llega al centro de salud tan aterrorizada que delega este instante tan esencial de su vida y de su hijo en el personal médico.

Va a haber algún lector o bien lectora defensor a todo trance de la vida sana ( lo soy) que me afirme que esto es una brutalidad, mas asimismo hay que tener en consideración las estadísticas. Esta forma de actuar ha reducido el peligro de mortalidad materna en los países ricos a unos niveles jamás vistos. Por contra, en países pobres donde se practica, a la fuerza y por carencia de opciones, los partos sin asistencia esto supone que el peligro de mortalidad de la madre se multiplique por mil respecto a las naciones industrializadas.

Temor al parto y al dolor

Si a esto unimos que la civilización occidental ha perdido una buena parte de los sustentos de la vida natural, es entendible que la mujer de esta una parte de planeta no desee ni escuchar de la posibilidad de enfrentarse al alumbramiento sin garantías médicas. Y acá disiento con ciertas voces que nos meten a los miles y miles de millones de mujeres en el planeta en exactamente el mismo saco.

No solo hay un temor (razonable) al parto y dolor sino más bien además de esto (y en mayor medida) a todas y cada una de las posibles consecuencias fatales que asimismo se minimizan con la atención hospitalaria. Es cierto que es aséptica y horriblemente protocolizada (asimismo con otras enfermedades), mas, en un porcentaje muy, muy elevado, se presenta eficiente.

Partos naturales en el agua o bien otro medio

Dada esta situación ya muchas son las mujeres del planeta occidental y de zonas urbanas de otros países las que se proponen abandonar a las bondades del sistema sanitario por un procedimiento más natural.

Con esto se logra unir parto y dolor al símbolo primigenio del nacimiento, del alumbramiento, de la nueva vida. A la par, se sacraliza este instante al tiempo que la madre jamás pierde el contacto con su hijo. Ni que decir debe la amedrentad es mayor y que el instante es vivido con una intensidad y emoción bastante difícil de lograr en un ambiente hospitalario. Se acepta el parto y dolor, en consecuencia, como algo natural y ventajoso desde el punto de vista físico y sensible.

Se destierra miedos ancestrales y, en ocasiones, se corre un peligro, el que es asumido, con libertad por la mujer, el padre y los diferentes miembros de la familia. Naturalmente, es una alternativa tan espléndida y fantástica, siempre que se realice con garantías.

No nos olvidemos que…

Parto y dolor no se contrapone a epidural y a fármacos de todo género. Puede haber molestias gravísimas todavía actuando en un ambiente hospitalario. Las más agraciadas (de la zona occidental) escogen métodos naturales “a medias”. Esto es, sin un protocolo aséptico, mas en un ambiente clínico. De este modo se aseguran que, ante cualquier incidente, van a tener la atención precisa.