Principios de la dieta ortomolecular

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Principios de la dieta ortomolecular

Medicina ortomolecular

Dieta ortomolecular

Medicina ortomolecular

La medicina ortomolecular, si bien tiene precedentes precedentes, nace en mil novecientos sesenta y ocho desde la investigación sobre las moléculas por la parte del químico y Premio Nobel Linus Pauling. Desde ese momento, ha ido ganando adeptos de todo género y, en las últimas décadas, ha recibido un impulso promocional auxiliar al confesar personas conocidas del planeta del espectáculo su seguimiento.

Esta tendencia estima que, tanto los desarreglos leves del organismo (falta de atención, alergias, cansancio, abulia o bien fatiga), como enfermedades de mayor calado (desde el cáncer hasta el Alzheimer pasando por la depresión), se deben a faltas nutricionales (vitaminas, enzimas o bien minerales). Al suplementar estas deficiencias, el organismo, a través de sinergia, se reequilibra y empieza la ruta la salud.

Dieta ortomolecular

En consecuencia, si se estudia (por medio de un test pormenorizado) el historial médico, las costumbres rutinarias y los hábitos del paciente, se pueden especificar trastornos de todo género. Este test, más tarde, es completado con análisis, diferentes a los que efectúa la medicina tradicional.

La dieta ortomolecular se hace de forma personalizada y amoldada a cada caso, mas, normalmente, tiene una serie de peculiaridades comunes que hay que continuar a rajatabla.

Nutrición ortomolecular

Muy resumidamente se específica en lo siguiente:

Hay que comer tranquilamente masticando y saboreando los comestibles.
Dar preferencia al agua mineral o bien libre de cloro.
Suprimir comestibles refinados, procesados, envasados y con exceso de sal y azúcar.
Decantarse por productos de temporada, biológicos o bien ecológicos y libres de pesticidas.
Reducir, o bien suprimir totalmente, la leche, puesto que genera una erosión en las paredes del estómago que impiden la absorción de los nutrientes. Sí se puede tomar iogur desnatado.
Consumir frutas y verduras crudas en todas y cada una de las comidas y durante el día.
Seleccionar granos de cereales enteros y sin alterar, en menoscabo de los elaborados y refinados.
Suprimir prácticamente por completo el consumo de grasas.
Preponderar los comestibles vegetales (con un mayor contenido en minerales y vitaminas), en menoscabo de los ricos en proteínas (aves, carnes y pescado).
Suprimir la carne de vacuno de la dieta.
Reducir el consumo de proteínas animales a 2 o bien 3 raciones semanales.

Riesgos de la dieta ortomolecular

Hay pruebas concluyentes que señalan que un exceso de vitaminas puede llegar a generar nosologías diferentes entre aquéllas que se encuentran:

Hepatotoxicidad y envenenamiento, en el caso de la vitamina liposoluble de tipo A.
Hemorragias (vitamina liposoluble de tipo E)
Cálculos nefríticos y también insuficiencia nefrítico por exceso de calcio, vitamina C o bien vanadio.
Bajada de la capacidad reproductiva por incremento de yodo o bien molibdeno.
Neurotoxicidad (vitamina B6).
Los folatos en grandes cantidades pueden disfrazan graves dificultades neurológicas.

La polémica está servida, puesto que los nutricionistas contrarios a esta tendencia estiman que no existen estudios suficientes para probar su solvencia o bien eficiencia. Llegan, aun, a calificar el procedimiento como de prácticas de hechicería. Por su lado, los adeptos a exactamente la misma se defienden argumentando intereses de la enorme industria farmacéutica.

Opciones alternativas a los suplementos

Si deseamos aportar más nutrientes a nuestra dieta ortomolecular mas no deseamos tomar nutrientes en altas dosis podemos incluir ciertos comestibles conforme nuestra necesidad:

Aporte de minerales y vitaminas: sésamo molido, frutos secos, algas marinas (eludir si hay hipertiroidismo), diastasa de cerveza, germen de trigo, germinados o bien brotes, polen de abejas, jalea real, etcétera
Aporte de ácidos grasos: semillas de lino molidas, semillas de chía, aceites vegetales sin refinar, lecitina de soja, etcétera
Aporte de enzimas: germinados o bien brotes, comestibles fermentados (choucrout, miso, pickles, etcétera).