Articulo de Reflexiones sobre Reflexiones sobre la Navidad, como vivirla mejor.
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Acerca de la Navidad
Navidad y emociones
Sobre la Navidad
Natividad es homónimo de nacimiento y puede ser la ocasión para renacer a eso que deseamos ser. Asimismo marca el comienzo de una mayor claridad (los días se comienzan a exender desde el Solsticio) y por lo tanto, aumenta la luz. Esto puede considerarse una metáfora de facilitar la entrada de luz en nuestro interior.
Al tiempo, tanto el tiempo (en países fríos) como el carácter de la festividad, invitan a recogerse y compartir en compañía de los seres queridos. Y no obstante, qué diferente resulta realmente para ciertos, festejar las navidades
Navidad y emociones
Las navidades, con diferencia de cualquier otra festividad, provocan emociones muy contradictorias en las personas.
Mayoritariamente, la reacción acostumbra a ser de rechazo frente a las obligaciones que implican estas datas, y no obstante, tal vez pues no es fácil sustraerse a la presión social y familiar que está establecida (adquirir y comer en abudancia, reunirse con la familia si bien no se tenga buena relación con esta, etcétera), pocos se atreven a salirse de la regla.
Se asocia esta celebración al amor, paz, armonía y generosidad; algo que realmente está mitificado y es fuente de tensiones, reuniendo todos y cada uno de los condicionantes a fin de que estas broten exactamente a lo largo de las fiestas.
La soledad es un sentimiento que se pone considerablemente más de manifiesto a lo largo de estos días, lo que lleva a determinadas personas a caer en estados depresivos.
¿Ser feliz en Navidad, cueste cuanto cueste?
Lo que de entrada tenía otras connotaciones, se ha transformado en una ocasión a fin de que algunos colectivos con intereses de tipo económico, consigan que se dispare el índice de consumo a lo largo de unas semanas: es la disculpa ideal para hacer o bien adquirir eso que no nos podemos permitir el resto del año. O bien se obsequian objetos que en muchas ocasiones ni tan siquiera son precisos y frecuentemente no se aprecian.
Por otra parte, se impone tácitamente la obligación de ser feliz, cuando realmente el enorme contraste que se da en estas fiestas se hace evidente en el ambiente próximo. No hace falta ir lejísimos para observar que muchos no tienen lo básico para vivir con dignidad, y si miramos más allí, en otros países hay quienes están padeciendo las horribles consecuencias de conflictos armados.
Obsequiar y gozar obsequiando y compartiendo exquisiteces es absolutamente legítimo, si bien esa es solo una cuestión externa que se debería acompañar de cierta actitud interna. El fin no es lograr una supuesta dicha con los excesos, ni verse con personas a las que se evita a lo largo del resto del año.
Eso llevaría inevitablemente a una sensación de vacío una vez ha pasado todo, cuando se vuelve al ritmo precedente. Por no charlar de las defraudes y roces que se producen entre quienes ya no tienen una buena relación y se ven forzados a convivir a lo largo de las celebraciones.
¿Sabías que
en el pasado, la Navidad se puso en el calendario cristiano de tal modo que anulase la celebración del Solsticio de Invierno, celebración considerada pagana?
Vivir mejor la navidad
Semeja que no hubiese más opciones que la que nos marca la tendencia general, que tenemos que cumplir a toda costa si bien agobie. Estaría bien hacer un repaso de lo que supone para cada una/o esta celebración, y de qué forma desea vivirla.
En vez de emplear bastante tiempo en buscar el obsequio perfecto, podemos meditar sobre cuáles son los regalos que a lo largo de todo el año queremos administrar a los demás:
Estar de mejor humor.
Ser más comprensivos.
Mirar de solucionar las asperezas con personas próximas (una buena opción de cara a las próximas navidades)
Obsequiar y dar las gracias a los que nos rodean sin tener la obligación de cumplir con un acto señalado, sino más bien en cualquier instante y de modo espontáneo.
Poner la imaginación y la inventiva a trabajar y buscar un regalo simbólico o bien algo hecho por nosotros, en vez de adquirirlo.
Ver nuestra dicha como una forma de aumentar la del resto, y no a la inversa.
Fortalecer los vínculos con los seres queridos a lo largo del día tras día y abrirnos a conocer otras personas.
Permitirse hacer/pensar/elegir desde el corazón y con conciencia, lo que verdaderamente deseamos todo el año, y como es lógico en navidades que es cuando resulta más difícil.
¡Felices Fiestas con conciencia!