Causas de la crisis matrimonial

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Causas de la crisis matrimonial

Síntomas de que las cosas no van tan bien

Causas de la crisis matrimonial

Las relaciones de pareja son el mejor espéculo para aprender de una/o misma/o y conocerse en profundidad. Tal vez por ese motivo, no son simples y muy frecuentemente no llegan a superar algunos obstáculos.

Cuando conocemos a otra persona por la que nos sentimos cautivados, suceden 2 cosas: vemos en ella eso que admiramos y que creemos no tener por una parte, y, por el otro, atraemos y nos atraen quienes repiquetean con nuestras heridas internas, si bien no seamos conscientes de ellas (o bien justamente por tal motivo).

Acostumbra a acontecer por algún extraño fenómeno, que la mayor parte de rasgos que en un inicio más nos agradaron de nuestra/o compañera/o, son los que menos terminamos aceptando. Si se deja que eso tome fuerza o bien nos dejamos llevar por la inercia, puede sobrevenir una crisis marital (o bien de pareja).

Síntomas de que las cosas no van tan bien

Cuando dejamos de “ver” a la otra persona, con la que compartimos (se supone) un compromiso, aparecen determinados síntomas: cada vez existen menos comunicación o bien esta es bastante difícil y produce más enfrentamientos de los que se pretende solventar. Ya no se quiere compartir tanto tiempo de calidad con nuestra pareja, o bien este es totalmente inexistente. Las relaciones íntimas apenas existen o bien dejan de tenerse.

Causas de la crisis marital

Comenzar a dar por cierto que lo sabemos todo de nuestra pareja; no valorarla por quién es y demandarle que sea como queremos; dejar de conquistarla y esmerarnos pues damos por hecho su amor; no respetarla de palabra o bien de obra (puede ser sencillamente que nos enfade el que tenga alguna actividad que nos excluya, no tiene por qué razón ser literalmente maltrato físico); encerrarse en rutinas y dejar la espontaneidad y la sorpresa de lado; dedicar demasiado espacio a los hijos; dedicar excesivo tiempo al trabajo y/o actividades no compartidas con el otro…

Estas son ciertas de la causas de que aparezca la crisis marital en muchas parejas.

A eludir tanto como se pueda

Este género de reacciones degradan por completo cualquier relación, agudizando las crisis y produciendo enfrentamientos en la pareja:

Emplear información reservado o bien los puntos enclenques del compañero para herirle de manera deliberada. Faltarle al respeto (chillidos y/o insultos continuados). Descubrir algo que nos contó en instantes de amedrentad cuando la relación pasaba por una etapa mejor. Caricaturizar al otro delante de terceras personas como venganza (o bien por sistema). Descalificar sus creencias o bien sus metas personales, en privado o bien públicamente.

Si continuamos al lado de quien sostiene alguno de estos comportamientos frecuentemente, va a haber que proponerse qué hacemos con alguien de esta manera, puesto que es un claro síntoma de depreciación de una/o misma/o.

Pautas sanadoras

En ocasiones es bastante difícil valorar si deseamos pelear más por una relación, o bien ha llegado el instante de acabarla y proseguir caminando separadamente. O dejamos pasar tanto tiempo inmersos en la crisis marital, que en el momento en que nos damos cuenta ya hay bien poco o bien nada que hacer a este respecto.

Para iniciar, una pareja la forman 2 personas, por ende, las dos deben plantearse proseguir adelante trabajando por progresar la relación. Si una de las 2 se empeña en hacerlo sola, asumiendo toda la responsabilidad y llevando toda la carga, no va a lograr más que quemarse o bien continuar padeciendo.

Joan Garriga, un conocido terapeuta sistémico y gestáltico, asevera que el comienzo de cualquier relación sería equivalente al “me agradas, mas no te veo“. Después vendría la próxima etapa: “te comienzo a ver, si bien me prosigues gustando”. Y para finalizar, la que define la madurez de la pareja sería: “te veo y existen muchas cosas que no me agradan, si bien estoy presto a proseguir y ver qué sucede”.

En el matrimonio o bien pareja, se patentiza el fenómeno de “proyección”, y si bien la terapia Gestalt lo adoptó como uno de sus puntales, Freud ya había definido este término de antemano. (*)

Haciéndose consciente cada uno de ellos de los miembros de la pareja, de aquello que proyectamos en quien tenemos junto a nosotros, aparte de sostener una comunicación genuina y en profundidad y preservando el respeto por el otro, lleva a eludir lo peor de una crisis marital, y a lograr prosperar la relación (dure lo que dure esta).

Es esencial tener proyectos comunes y al tiempo conservar los individuales.

(*)“Proyectar” es ver en otra persona aquello que no reconocemos ni aceptamos en nosotros mismos, y que tanto puede ser algo que no nos agrada o bien no nos dejamos, como lo que admiramos.

Sintetizando

Nuestra pareja es quien más nos prueba y al tiempo, quien nos deja medrar como persona, si sabemos encaminarlo apropiadamente.