Consejos para la práctica de meditación

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Guía de meditación

Consejos para la práctica de meditación

Guía de meditación

Proseguir esta guía de meditación te va a ayudar a pensar con más facilidad:

Siéntate en un sitio apacible, en silencio, en una postura agradable y también inmóvil, con la espalda y el cuello erguidos, y con la cara al norte o bien al este para favorecerte de estas energías.
Las rodillas han de estar pero bajas que la pelvis a fin de que esta bascule cara delante y la espalda pueda sostenerse recta en equilibrio sobre el sagrado.
Puedes sostener las manos simplemente sobre las rodillas o bien en el regazo con las palmas cara arriba, una sobre la otra. Deja caer los párpados cerrando los ojos.
Respira de forma profunda a lo largo de 5 minutos para oxigenar el cerebro. Mantén la respiración rítmica, de forma imperceptible y sin forzar: primero aspiras, entonces mantienes el aire y por último espiras. La regulación de la respiración controla, asimismo, el fluido del prana (energía vital) El metabolismo, las ondas mentales y la respiración se van a ir ralentizando progresivamente.
Al comienzo de esta práctica de meditación deja correr la psique, que brincará de una cosa a otra mas terminará por concentrarse por último. No fuerces la psique tratando de aliviarla. Si lo haces brotarán ondas mentales auxiliares que obstruirán la práctica de la meditación.
Escoge un punto focal en el que descansar la psique cuando se canse. Puede ser el Ajna Chakra (en el ceño) para aquellas personas predominantemente intelectuales o bien el Anahata Chakra (en el corazón) para aquellos que son más sensibles. Jamás cambies este punto focal.
A lo largo de esta guía de meditación repite tu mantra mental y oralmente. Si no tienes un mantra propio puedes emplear “OM”. Quienes prefieran una deidad adaptada pueden utilizar “RAM” o bien “SHYAM”. La reiteración mental es más poderosa. Recurre a la reiteración oral si te aduermes. Jamás cambies tu mantra.
La reiteración del mantra te va a conducir en tu práctica de meditación al pensamiento puro, en el que se funden el pensamiento y el sonido, y en el que no queda ninguna conciencia del significado. Este es el estado sutil de dicha trascendental, todavía con dualidad. Cuando la dualidad desaparece, se alcanza el Samadhi. El Conocedor, el Conocimiento y lo Conocido se transforma en exactamente el mismo.

Consejos para la práctica de meditación

El estado mental de la mañana es ideal para pensar. Lo mismo sucede al atardecer. La temperatura ambiental y la energía a esas horas es ideal para zambullirse en el estado de serenidad y contemplación que requiere la meditación.
Es esencial establecer una rutina para la meditación, elegir un sitio singular y pensar siempre y en toda circunstancia a exactamente la misma hora y en exactamente el mismo sitio.
La meditación, sobre todo al comienzo, es un ejercicio de paciencia, de perseverancia y, conforme los casos, resulta conveniente practicar en conjunto para eludir el desánimo y, a ser posible, con alguien que corrija la postura y fije las pautas a proseguir.
Empieza tu práctica de meditación con periodos de veinte minutos hasta acrecentarlos hasta una hora.
Ya antes de iniciar tu meditación ordena a tu psique que continúe calmada y olvide el pasado, el presente y el futuro.
Las manos, consideradas como una extensión de nuestro cerebro, sirven para fortalecer la expresión y enseñar el estado anímico. Su situación a lo largo de la meditación es muy importante; se debe intentar una situación simétrica y simbólica a través de un mudra (ademán tradicional de las manos a lo largo de la meditación).

Los mudras más esenciales en la guía de meditación son

Mudra de la sabiduría (en el yoga), con las manos sobre las rodillas, palmas cara arriba y dedos extendidos, salvo pulgar y también índice que rozan sus yemas al formar un círculo.
Mudra del vacío o bien galáctico (en el zen), formando un óvalo con las palmas una sobre la otra y los dedos pulgares rozando sus puntas.
Mudra del respeto o bien saludo, con las palmas juntas a la altura del pecho (este mudra no se acostumbra a sostener a lo largo de la meditación, sirviendo solamente para empezarla y acabarla).