El verdadero pensamiento positivo, ¿y si está mal aplicado?

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El verdadero pensamiento positivo, ¿y si está mal aplicado?

El verdadero pensamiento positivo

El poder del pensamiento positivo… y su lado oscuro

El auténtico pensamiento positivo

El pensamiento positivo y por tanto la actitud bien entendida es la que viene aliñada por un optimismo sano normalmente infeccioso (si bien a los fatalistas crónicos les resulta irritante)

En este se sostiene un grado alto de conciencia de las contrariedades mas se centra en las potencialidades para encararlas como desafíos o bien para sobreponerse pronto y aprender de los fallos.

Todo esto y considerablemente más detalles que acarrean una actitud positiva bien entendida nos ayuda a lograr objetivos en la vida y/o a tener una existencia más plena y satisfactoria. Mas ha de ser matizado por el hecho de que en ocasiones las personas confunden conceptos que pueden llevarles al lado obscuro del pensamiento positivo. Singularmente a aquellas con actitudes obsesivas y supervisoras.

El poder del pensamiento positivo… y su lado obscuro

Como entrenador he encontrado situaciones en las que la actitud positiva mal entendida ha ocasionado tanto o bien más perjuicios que la negativa. Todo por el mal enfoque y también interpretación de las bases del pensamiento positivo.

Por poner un ejemplo, algo esencial de la actitud positiva es el no quedar “ATASCADOS” en los pensamientos negativos y en las emociones asimismo consideradas negativas. Mas se debe comprender que no hay emociones negativas, cada una tiene su función y es esencial experimentarlas, lo negativo es atascarse en ellas.

Cuando las personas se obsesionan en sostener su optimismo alto, negando y refrenando otras emociones, ocasionan una lucha interna agotadora que puede llevarlas a la depresión o bien a la ansiedad o bien, en el mejor caso, a resentir su autoestima por el hecho de que sostienen unas esperanzas irreales.

Además de esto se acostumbran a transformar en dictadores inconscientes en tanto que no dejan que la gente próxima tenga esas emociones o bien sentimientos “negativos”.

No existen emociones ni sentimientos negativos

El pensamiento positivo bien entendido tiene la visión que de todo se puede aprender y contempla cualquier aspecto de la vida como una ocasión para esto. No suprime pasar por determinados sentimientos. Es más, ¿de qué forma sabríamos que estamos en el buen camino bajo cualquier circunstancia de la vida sin la “guía” de las emociones?. En un caso simplista, si no estuviese a desazón en mi trabajo, relación, casa o bien lo que fuera, no sabría que necesito hacer un cambio en algún aspecto de mi vida.

Si niego emociones pues hay que ser positivo, al final se vive en una patraña con consecuencias que pueden ser graves. La auténtica actitud positiva sería buscar soluciones y/o opciones alternativas al inconveniente.

Lo que se debe eludir es quedar ESTANCADO en un estado negativo, y para salir de ello se aconseja el empleo de múltiples técnicas y terapias. Además de esto, los procesos hay que vivirlos y el luto por la muerte de un ser querido, el final de una relación o bien la perdida de mi reloj, todo en su justa medida, no solo es positivo sino más bien totalmente preciso.

El lado obscuro del poder del pensamiento positivo y la protesta

Para los que interpretan mal la auténtica actitud positiva, lamentarse se considera una de las peores cosas que se puede hacer. De nuevo se confunde el instalarse en la protesta con pasar por ella, lo segundo muy frecuentemente es preciso si se acompaña de la acción positiva.

En un caso así la protesta es un primer paso cara el cambio, de donde se está a donde se quiere llegar. En el primero solo sirve para confirmar lo mal que estoy, buscar la atención del resto, sostener un hábito mental, etcétera

La protesta no atendida la fortalece

Asimismo hay que distinguir cuando alguien se bloquea en la protesta en situaciones durísimas y paralizantes en las que las personas precisan recurrir a un entrenador o bien terapeuta que les asista a localizar soluciones. Entonces asimismo está a cargo de esa persona buscar esas ayudas o bien apoyos.

Mientras que, han de ser tratadas desde la compasión, no desde el mal entendido poder del pensamiento positivo: “No te quejes si no atraerás más lo que no quieres”, “No te quejes y busca el lado positivo a fin de que todo se arregle”, etcétera Esto acostumbra a crear sentimientos de ser incomprendido, lo que hace que la persona se fortalezca más en sus protestas para probar que su estado tiene justificación.

Esto produce, en los adeptos al mal entendido pensamiento positivo, una falta total y nada positiva de empatía, con lo que al final los extremos se tocan.