Articulo de Vida sana sobre Juego infantil y desarrollo de la inteligencia.
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Definiendo el juego infantil
Características principales del juego
Definiendo el juego infantil
El juego infantil siempre y en toda circunstancia debe hacer referencia a las relaciones entre niñez, diversión y educación. El juego es muy preciso en el proceso de desarrollo del niño/a siempre que sea el protagonista.
El juego es una actividad fundamental para los humanos, pues ayuda a la socialización, además de esto es una útil herramienta para adquirir y mejorar capacidades motoras, cariñosas y de desarrollo de la inteligencia.
Peculiaridades primordiales del juego
Ha de ser una actividad agradable, libre, voluntaria y completamente espontánea.
Implica actividad propia de la niñez.
Se desarrolla en una realidad falsa y, con una restricción espacial y temporal.
Deja a los niños/as aseverarse y muestra exactamente en qué etapa evolutiva están.
Favorece la socialización y ejercita una función integradora y compensadora de desigualdades.
Evolución del juego conforme la edad
De 0 a dos años: etapa de juegos funcionales, el niño/a ejercita las manos y brazos ensayando diferentes movimientos. Tienen sitio los juegos hedonistas o bien de busca del placer. La inteligencia no representa a los objetos sino más bien los tiene delante de su campo visual. Su primordial actividad es exploratoria y de manipulación de objetos.
De dos a siete años: aparece la capacidad de representación simbólica, sin precisar que los objetos estén presentes. Adquieren gran relevancia los juegos de imitación. En esta etapa los juguetes deberían promover la fantasía.
De siete años en adelante: los juegos sociales adquieren una mayor relevancia y ya las reglas del juego están instauradas.
El papel de los adultos en la estimulación del juego
En el juego infantil todos tienen un papel: el niño/a es protagonista, y el adulto, es el facilitador de esta situación lúdica.
Educadores: son intercesores entre el juego y el desarrollo del niño/a y la capacitación, deben emplear estrategias para fomentar el juego creativo, esto es que los educadores sean capaces de gozar del juego con y para los pequeños.
Familias: organizar juegos y actividades agradables en familia, creando instantes mágicos que van a dejar un recuerdo indeleble. Los niños/as que juegan con sus progenitores se sienten queridos, cuidados y apreciados. Esto les da confianza y seguridad tan precisas para su completo desarrollo. El juego es una forma agradable, lúdica y gratificante de hacer ejercicio, gozar y aprender en familia. Jugar con los niños/as requiere tiempo, estar con ellos y gozar todos juntos del juego.
Juego infantil y desarrollo de la inteligencia
Desde los un par de años, los niños/as comienzan a emplear símbolos, repiten acciones que ven a los adultos, o bien imitan el funcionamiento de ciertos aparatos. La función simbólica lleva a la representación común del juego y a otras actividades como el lenguaje humano.
Hoy día se sabe de la relevancia del juego infantil para lograr los niveles intelectuales convenientes de cada etapa evolutiva. En pequeños que carecen de función simbólica (autistas, afasia, deficiencias mentales ), se prueba la relevancia que tiene el juego en su maduración personal.
Nutriendo la imaginación
El juego lúcida la imaginación de los niños/as, y la imaginación estimula y hace más creativo el juego. La inventiva del niño/a pequeño brota mediante su imaginación y fantasía, que se refleja meridianamente en sus juegos. Conforme el niño/a medra esta imaginación da sitio a la creación de imágenes que se convertirán en el pensamiento creativo.
Conforme el pensador y pedagogo Rudolf Steiner, entre los dos y los 3 años cuando el cuerpo del niño/a se ha desarrollado, las fuerzas vitales que contribuyen al desarrollo del cuerpo físico, se vuelcan en la imaginación y los juegos creativos.
La imaginación y la memoria se desarrollan al tiempo. Desde el tercer año, el niño/a comienza a tener conciencia del yo y, aparece la memoria y las ideas. Es esencial que el pequeño continúe el mayor tiempo posible en este estado soñador de la imaginación en la que transcurren los primeros años de la niñez. La imaginación y la inventiva, van a ayudar más tarde al niño/a a desarrollar la intelectualidad precisa para defenderse en la sociedad actual.