Levantar la autoestima infantil, un regalo para tus hijos

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Levantar la autoestima infantil, un regalo para tus hijos

Evita crear presión innecesaria

Pongamos un ejemplo

Evita crear presión superflua

En esta sociedad nos enseñan que para promover o bien levantar la autoestima infantil, tenemos que loarles continuamente y aplaudir sus logros.

¡Solamente lejos de la realidad!.

En el momento en que un pequeño pequeño hace un dibujo o bien logra cualquier logro acostumbramos a oir cosas como ¡qué bien! ¡Excelente! ¡qué bonito!… Los pequeños, naturalmente tienden a hacer las cosas pues les agrada descubrirlas y hacerlos por sí solos. Mas cuando los adultos que les rodean alaban sus logros en demasía, comienzan a asociar el hecho de hacer una cosa con hacerla a fin de que le guste a mamá (o bien a papá o bien a la profe, o bien a la abuela)

De esta forma los pequeños van perdiendo la motivación y empiezan a sentir la presión de hacer las cosas para agradarles a los progenitores.
Este es el primordial origen del descalabro escolar, desmotivación, aburrimiento…

Pongamos un caso

Tu hijo llega a casa con buenas notas y le afirmas que estás contentísimo con él o bien incluso peor, le premias con algún regalo. Para tu hijo el estudiar es cuestión de complacerte a ti. Asociará la idea de que le quieres cuando hace las cosas bien (conforme tu criterio).

Pongamos una alternativa: tu hijo llega con buenas notas a casa y le afirmas. ¿Y de qué manera te sientes con estos resultados?. Él te responde que se siente a gusto. Y le sonríes y le dices: eso es lo que cuenta. De esta manera le das la responsabilidad de sus actos, le dices que le valoras y que confías en él. Es de las mejores formas de robustecer o bien levantar la autoestima de una persona.

Permítele descubrirse a sí mismo

Muy frecuentemente tenemos esperanzas inconscientes tan con fuerza grabadas sobre como aguardamos que sean y se comporten nuestros hijos que muchas veces chocan plenamente con la realidad.

Cada persona y de esta manera cada pequeño tiene una personalidad única y diferente del resto. En la mayoría de las familias se premia exactamente lo opuesto, se premia el parecerse a los “tuyos”, el estudiar lo que se espera de ti, el vestir, charlar, comportarte… de una determinada manera…

Promueve que tu hijo descubra qué le que a él le agrada verdaderamente, propónle opciones: facilítale que toque algún instrumento, o bien que participe en clases de teatro o bien de pintura o bien de cualquier otra cosa que le atraiga… por muy, muy diferentes a tus gustos que sus elecciones puedan ser.

No “rescates a tu hijo de la realidad”

Tus hijos, como todos y cada uno de los humanos que vivimos sobre este planeta, tendrán que aprender a recobrarse de pérdidas y descalabros, a enfrentarse con frustraciones de todo género. Y lo antes posible lo hagan mejor. Siempre y en todo momento es mejor enfrentarse a la perdida y aprender a manejarla cuando a los 3 años tu amigo ya no desea jugar contigo que a los veinte cuando tu pareja te deja.

Si tratas de resguardarle de esta realidad lo único que lograrás es que se vuelva una persona dependiente y también hipersensible, inútil de enfrentarse a cualquier descalabro o bien obstáculo de la vida. De esta forma no va a poder robustecer o bien levantar la autoestima de nuestros hijos.

¡Respeta a tu hijo y permítele que viva su vida!

Estate para él cuando venga a contarte lo que le ha pasado mas sin entrar emotivamente en su enfrentamiento. No le des más relevancia de la que tiene y anímale a proseguirse adelante.

Y como no: sé un caso mismo de una persona con una alta autoestima. ¡Ellos te lo agradecerán y evitarás muchos enfrentamientos cuando lleguen a la adolescencia!