Qué significa la Procrastinación

Articulo de Vida sana sobre Qué significa la Procrastinación.

Saber mas acerca de Qué significa la Procrastinación

Qué significa la Procrastinación

Qué significa la Procrastinación y por qué Procrastinamos

Establecer prioridades no es procrastinar

Qué es lo que significa la Procrastinación y por qué razón Procrastinamos

La procrastinación es el hábito de postergar hacer las cosas y en vez de efectuarlas en el instante presente, dejarlas para más adelante, para entonces o bien para mañana. En general, postergamos la realización de ciertas labores por alguno de los próximos motivos:

Por el hecho de que esa labor no nos agrada.
Pues no nos vemos capaces de realizarla como a nosotros nos agradaría.
Por el hecho de que no pensamos que sea verdaderamente precisa.
Por el hecho de que hemos cedido en tantas ocasiones a la vagancia, que se ha acabado apropiando de nosotros: la hemos transformado en un hábito.

Ese es el motivo de que dejemos las cosas para el último instante, cuando no nos queda más antídoto que hacerlas, en general por el hecho de que hay una persona que nos las está demandando y su no realización tiene una contraprestación. Y de ahí que las acabamos efectuando, no por la recompensa del trabajo bien hecho, sino más bien a menudo para eludir el castigo o bien la pérdida de algo que es esencial para nosotros.

Establecer prioridades no es diferir

Establecer prioridades cada día es esencial para vivir de forma inmejorable y no gastarnos ineficazmente, puesto que nuestro día tiene unas horas determinadas y nuestras capacidades asimismo. Y reconocer esto nos evita inconvenientes y evita que nos agobiemos en un intento inútil por opinar que siempre y en todo momento podemos hacer más y siempre y en toda circunstancia podemos hacerlo mejor.

En ocasiones sí es de esta forma, y es recomendable destruir opiniones limitantes y estar prestos a desafiarnos y probarnos a nosotros mismos, singularmente en el momento en que nos rejimos por la ley del mínimo esmero, mas otras veces forzamos demasiado con frecuencia nuestros límites y esa sobrecarga pasa factura.

La procrastinación se transforma en un inconveniente y un genuino obstáculo en tu vida cuando lo haces tan de manera frecuente que se puede llegar a transformar en un hábito. Entonces la procrastinación se transforma en tu modo natural de hacer las cosas, o bien mejor dicho, de no hacer las cosas.

Tiene por nombre asimismo “dejadez” o bien “pereza”, por el hecho de que, si bien tenga un nombre muy altilocuente, no nos engañemos, puesto que no es otra cosa que la vagancia de abordar algo que sabemos que nos costará y auto persuadirnos internamente de las razones por las que retrasamos abordar dichas labores.

De qué forma procrastinamos

Toda vez que tenemos ante nosotros una labor que ha de ser efectuada, bien por imposición extraña o bien propia, se abre una elección posible: podemos hacerla de manera inmediata o bien podemos dejarla para después. Si escogemos esta segunda opción pues algo más urgente y prioritario va a ocupar nuestro tiempo, en un caso así no cabe charlar de procrastinación. Sencillamente marcamos prioridades.

Mas puede darse el caso asimismo de que lo dejamos para después pues estamos entretenidos o bien “distraídos” en otra labor que no es que sea más esencial, solo que nos apetece más efectuarla o bien nos resulta más simple efectuarla. En un caso así sí cabe charlar de procrastinación.

En general toda vez que procrastinamos, nos auto persuadimos de nuestras particulares razones para dejar la labor más tarde: no es tan esencial, me da tiempo de más a hacerlo entonces, puede aguardar a mañana, etc

Y otras veces nuestro subconsciente nos dice: “no sé como hacerlo y no me apetece poner de manifiesto mi incapacidad, con lo que siempre y en todo momento puedo aguardar a mañana para revisar que no sé efectuarlo o bien no sé efectuarlo de forma óptima”.

Y muchas, muy frecuentemente, vivimos de forma irresponsable nuestras vidas y sencillamente, nos hemos acostumbrado a diferir, pues siempre y en toda circunstancia hay quien acaba haciendo nuestras labores, o bien cuando has dejado de hacerlas no ha pasado demasiado, o bien no has tenido serias consecuencias, o bien absolutamente nadie te controla y absolutamente nadie se entera de si procrastinas o bien no… o bien por qué razón no decirlo: la vagancia en ocasiones te puede.

De qué manera eludir la procrastinación

Dar el primer paso: sentarte en la silla si es un trabajo en el computador, coger el instrumento que precisas para realizar la labor, dirigirte a recogerlo, sujetar el teléfono si es una llamada… es decir: dar el paso inicial. Acción. No pongas demasiado pensamiento, sencillamente, prepárate para efectuarlo.
Decora y ameniza la tarea: llamo a esto “decora la tarea” o bien “hazla más agradable” agregando pequeñas cosas que puedan valer para aliñar ese instante y transformarlo en agradable, pese a que la labor pueda resultarte aburrida o bien pesada. Por ejemplo: si debes ir a efectuar una administración administrativa o bien burocrática, tragándote aburridas filas de espera, ponte algo que te haga sentirte atractiv@, maquíllate mejor (esto para las mujeres). O bien si se trata de planchar o bien adecentar la casa, ponte tu música preferida y por qué razón no, échate unos bailes. Cualquier cosa que te sirva para amenizar la labor servirá.
Imagina que te observan: esto da resultados bastante buenos. Imaginar que alguien nos está observando, hace que pongamos en juego todas y cada una nuestras habilidades. Ya no es una labor mecánica y rutinaria o bien pesada, es una representación para un público, para una persona… para quien desees.
Pulcritud y detalles: Es una forma de pensar activamente: transformar cada instante en sagrado. No se trata de teclear en el computador aporreando las teclas: se trata de acariciarlas suavemente y prestar atención a cada una de las sensaciones: poniendo tu ánima en ello, tus 5 sentidos… y uno más.
Prémiate: si has vencido la procrastinación y has decidido hacerle frente, otórgate un premio, una recompensa. Por muy pequeña que sea bastará: un café con un amigo tras una aburrida mas precisa administración en el Municipio, un helado tras múltiples visitas comerciales que llevabas tiempo postergando, un auto masaje en los pies tras reparar el jardín, etcétera.
Envolverte de responsabilidad: realmente esta es la mejor forma y la más durable. Adquirir la responsabilidad por tu vida y por cada uno de ellos de tus actos, por la creación de tu porvenir desde tu presente. No ceder al autoengaño ocurra lo que ocurra. No echar culpas de que otros tampoco lo hacen o bien no lo han hecho. No buscar excusas: al revés, vivir sin disculpas y suprimir los “es que” de tu vida. Comenzar a eludir postergar pues tal vez lo que sucede es que quieres mucho, mas haces poco y para comenzar a mudar eso, debes tomar consciencia y comenzar a hacer más.

Y bien sabes lo que afirma el refranero popular: “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” y “la calle de entonces conduce a la plaza de nunca”

De este modo que… a coger el toro por los cuernos y ponerte manos a la obra, sin excusas