La fructosa, ¿es tan saludable?

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La fructosa, ¿es tan saludable?

¿Cuál venía siendo el uso de la fructosa?

Información nutricional de la fructosa (por 100 g.)

¿Cuál venía siendo el empleo de la fructosa?

Desde los años setenta, y hasta finales de los ochenta, la fructosa se usaba en productos alimenticios para diabéticos puesto que se afirmaba que en dosis moderadas no precisaba insulina para ser metabolizada y que no provocaba subidas y bajadas de glucosa.

Además de esto su poder edulcorante es considerablemente mayor que el azúcar con lo que con menos cantidad hay suficiente. De esta forma, puesto que, se empleaba para dulcificar mermeladas, galletas y otros comestibles.

Información nutricional de la fructosa (por cien g.)

Kcal.: cuatrocientos

¿Qué afirman, en cambio, los estudios más recientes?

Una de las claves a fin de que la fructosa no sea tan aconsejable es el hecho de que se metabolice en el hígado. Eso favorecería, conforme muchos estudios, la resistencia a la insulina, la obesidad y el incremento del colesterol y triglicéridos.
Otro aspecto es que parece que aumenta nuestra sensación de hambre puesto que reduce nuestros niveles de insulina y leptina (efecto saciante) y aumenta los de ghrelina. La persona se siente menos satisfecha y come más, favoreciendo con esto la obesidad.
Su consumo frecuente asimismo se ha relacionado con el incremento de triglicéridos.
El proceso de metabolización de la fructosa puede favorecer la producción de ácido úrico, y con esto, la gota.

Opciones alternativas a la fructosa

En nuestros días hay muchas opciones alternativas a la fructosa.
Los más conocidos y empleados son el maltitol, manitol, sorbitol, xilitol, aspartamo, sacarina, etcétera

Ciertos dietistas aconsejan ciertos más naturales como la Stevia (una planta) o bien la Sucralosa (desde el azúcar de caña)

Día a día aparecen nuevos edulcorantes y nuevos estudios sobre los existentes. Nuestro consejo es que cuando procuremos un edulcorante solicitemos consejo al médico o bien especialista.