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¿Qué es el colecho? Un poco de historia
Ventajas del colecho
¿Qué es el colecho? Un tanto de historia
Simplemente se trata de dormir, por lo menos, en exactamente la misma habitación que los bebés o bien pequeños pequeñísimos. Se puede hacer en exactamente la misma cama, con una cuna adosada o muy cerca. En esencia, consiste en recobrar las reglas naturales de crianza del humano antes que llegase la civilización esquizoide de los países industrializados.
El colecho, todavía muy presente en países orientales como el país nipón, era usual y normalizado hasta finales del siglo XIX, cuando las familias empezaron a gozar de residencias más grandes.
Eso sí, en el área mediterránea, si bien se dispusiese de metros cuadrados libres, hasta hace pocas décadas, los pequeños hacían el colecho con su familia. De este modo estaban más protegidos de noche y más próximos a los papás por si acaso se generaba cualquier accidente.
En los últimos tiempos la práctica ha empezado a ser, no solo desterrada, sino más bien asimismo vilipendiada por nuevas teorías expuestas en best-sellers seguidos firmemente tal y como si fuesen las Sagradas Escrituras. Son teorías de tendencia sin fundamento científico o bien antropológico alguno que solo logran molestar (y mucho) al pequeño. Lo dejamos para el final.
Ventajas del colecho
Conforme una investigación publicado en mil novecientos noventa y siete en la reputada gaceta Pediatrics y publicado por un antropólogo, James Mackenna, tras un sensato estudio comparativo, el colecho tiene semejantes ventajas que se hace bastante difícil comprender las razones de su destierro de la crianza de nuestros pequeños. Contamos algunas:
Los bebés recién nacidos tienen una fase de pequeñas apneas a lo largo de la fase REM del sueño. Si bien no se conocen las razones físicas (probablemente por adaptación a lo largo de millones de año), al practicar el colecho con su madre (singularmente) el pequeño se marcha amoldando a la respiración del adulto. El resultado es un sueño más profundo y reparador.
Ni que decir debe se facilita la lactancia materna y prolongada favoreciendo el reposo de la madre que no debe levantarse de la cama.
El pequeño se siente más protegido y seguro.
En sitios fríos logra sostenerse en calor eludiendo constipados.
Asimismo informa a los progenitores si hay fiebre o bien cualquier contigencia.
Existen estudios concluyentes que lo relacionan con una baja incidencia de muerte súbita.
Favorece el buen humor, la dicha y la crianza de los bebés que se siente seguros y protegidos.
Asimismo existen estudios que relacionan el colecho con una menor incidencia de enfermedades virales.
Inconvenientes o bien cuando no se debe practicar el colecho
Hay unanimidad entre los profesionales que recomiendan no hacer esta práctica familiar si:
Hay obesidad mórbida en ciertos progenitores por el peligro de aplastamiento.
Si hay drogas por el medio. En un caso así, los papás deberían buscar ayuda para enseñar y criar a los pequeños en otro entorno, en tanto que el colecho sería lo de menos en estas circunstancias.
Si la madre es fumadora o bien ha fumado en el embarazo. Tampoco se debe tener a los pequeños pequeños en habitaciones con presencia de tabaco.
Ni que decir debe los animales familiares han de estar en otra una parte de la casa, si bien de día compartan espacio con los pequeños.
Tampoco debe practicarse el colecho en condices de hacinamiento, camas pequeñas o bien con condiciones malas higiénicas. Lo cierto es que no debería criarse ningún pequeño con estos factores y hay que hacer todo lo que es posible por prosperar su espacio vital.
Tampoco es recomendable si ciertos progenitores tiene alguna enfermedad mental que pueda producir en conmociones o bien movimientos incontrolados a lo largo de la noche.
Esto es, sencillamente, hay que aplicar el los pies en el suelo para efectuar la práctica.
Asimismo hay que acordar el colecho entre los progenitores, puesto que puede resentirse la vida de pareja.
En los últimos tiempos hay diferentes corrientes que pretenden que formemos a nuestros hijos como guerreros y, entre otras muchas cosas, reniegan del colecho (y, si me apuras, de cualquier forma de cariño en el momento de dormir) por estimar que puede producir un apego patológico. Y, evidentemente, sin estudio que lo avale. Y todo ello cuando ya se sabe que los pequeños que se crían en entornos de amor, protección y cariño se hacen adultos fuertes sin ningún género de inconvenientes sicológicos.
Una reflexión sobre la crianza de los hijos en el siglo veintiuno personal
Y que me puede eliminar el editor, si lo cree recomendable, pues es una opinión. De mamá sí, mas sesgada como otras creencias. Y al hilo de esta práctica voy a renegar de la práctica contraria muy de tendencia entre la población occidental letrada del siglo veintiuno.
No nombraré el libro pues no deseo dar publicidad, mas puedes preguntarme por el título. Esta práctica tan extendida, y en el lado opuesto al colecho, consiste en dejar al pequeño en una habitación en solitario y debe dormirse sí o bien sí. El pequeño, cuando se ve sin su madre, llora y a rabiar. ¡Mucho! Y la mamá debe desamparar la habitación a fin de que sepa que debe dormirse solo. Vamos una brutalidad tan absoluta que vamos a ver los resultados horribles en varias décadas.
Desde los estudios sicológicos estrenados por Freud ya se sabe que un adulto sano solo es posible si ha habido un pequeño feliz ya antes.
