Vivir el Parto, un momento especial

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El temor del parto

Vivir el Parto, un instante singular

Para Vivir el Parto, hay muchas actitudes, si bien muchas de ellas no dejan gozarlo absolutamente, puesto que encarar la llegada de un bebé, habitualmente es un sufrimiento y un miedo para la futura mamá, desde mucho antes que llegue el instante del parto.

Desde el embarazo hasta la llegada del bebé, la futura mamá vive ocasiones singulares y únicas para empezar la relación de apego y vínculo con su bebé, relación que desde el principio de la gestación va a marcar a los dos de por vida.

El miedo del parto

Frente al parto, una mamá primeriza se acostumbra a enfrentar con temor al dolor y a la pérdida o bien el daño que pueda suponerle al bebé, y son estos 3 motivos los que hacen del alumbramiento un instante tenso y de sufrimiento.

Añadido a esto, la excesiva intervención del proceso natural, hace que la futura mamá, se sienta “casi fuera de lugar”, puesto que la conexión con su cuerpo, y con el bebé que nacerá, es mínima, debido a la escasa sensibilidad cuando se decide eliminar el dolor de las contracciones y al exceso de control, en el caso de ciertos profesionales médicos o bien sanitarios.

El parto puede ser de otra manera

No obstante, la futura mamá, puede decidir de qué manera quiere vivir el parto, la intervención sanitaria es opcional, cuando la futura mamá tiene claro qué és lo que desea, y siempre y cuando todo el proceso ocurra en la normalidad.

Escoger vivir el parto intensamente

El parto, “dar a luz”, es un proceso natural y también instintivo en la naturaleza femenina. Por lo tanto, en la mayoría de las ocasiones, acompañar el parto, significa dejar actuar la naturaleza interna de cada mujer, que de forma instintiva sabe de qué forma proceder en todos y cada instante.

El cuerpo femenino es sabio y sabe de qué manera hacerlo, de esta forma ha funcionado en todas y cada una de las generaciones de mujeres, todavía cuando no existía ningún avance médico ni intervención posible.

Cuando la mujer entra en conexión con su cuerpo, y escucha y siente y vive cada momento, de forma natural y espontánea entra en trance, un estado de concentración interna y abstracción del exterior, en el que reconoce un solo planeta, su planeta interior.

En ese instante, la mujer precisa respeto y admiración, pues en este proceso, procurará posturas, movimientos, expresiones verbales o bien guturales, gesticulaciones, etc, propias del instinto natural.

Si nada ni absolutamente nadie interrumpe este instante mágico, con escasa intervención y apoyo, el bebé va a nacer, tanto si se halla en la selva, en el desierto, en el agua, en cama de casa o bien en la camilla del centro de salud, etc, sea donde sea que escoja su mamá.

¿Puede prepararse la futura mamá?

Solo es precisa una actitud en la mujer, la de dejar que ocurra. Para esto, prepararse para vivir el parto, consiste en quitar los temores, las inseguridades e inclusive los pensamientos que adelantan el evento, y centrarse, en la naturaleza y sabiduría femenina, la de las abuelas y bisabuelas, tener la certidumbre de ser capaz, como mujer, y centrarse en el presente, en el ahora, incluyendo las contracciones y el propio proceso de parto.

Y de esta forma, el instante que se acerca, la futura mamá, lo va a vivir con ensaltación, alegría y deseo, y cada contracción se transforma en la apertura y la cercanía del gran encuentro.

¿De qué forma lograr esa conexión con el AHORA?

Cuando la mujer se prepara para vivir el parto, vive necesariamente el “ahora”, la psique se predispone a enfocar el presente, y a dejarse guiar por esa conexión con su cuerpo y con el bebé.

Por medio de la práctica de la respiración, asistimos en el proceso de la dilatación y después en el expulsivo.

Y si además de esto, aprendemos y practicamos con tiempo de antelación al parto, con la técnica de hipnosis, la mujer va a ser capaz de acompañar su proceso natural, centrándose en el encuentro con el bebé y ayudando a este en su nacimiento, a través, de visualizaciones, sugestiones y alivio del dolor.

Puesto que en el proceso del parto, el trance es un estado natural, usado en beneficio del nacimiento, da a la mujer un estado de conexión consigo misma y con el bebé, alén de lo que físicamente van a estar viviendo los familiares y el personal sanitario; Puesto que los únicos protagonistas de este instante, son y proseguirán siendo hasta el final, la mamá y su bebé, si se prepararon para vivir el parto dichosamente.