Intimidad en el parto, dignidad de mujer

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Intimidad en el parto, dignidad de mujer

El ser humano es un mamífero

Intimidad en el parto, dignidad de mujer

En la actualidad se sabe que es fundamental para las mujeres la necesidad de amedrentad en el instante del parto.
Si la mujer se siente observada, presionada y dirigida, no puede atender a su cuerpo a fin de que el parto pueda mejorar con absoluta naturalidad, y confiar en su fisiología.

El humano es un mamífero

Estudiando el comportamiento de los mamíferos en el instante del parto, se sabe que todos prosiguen unas pautas afines. Las hembras, llegado el instante del parto se aíslan y ocultan, no tanto para eludir a los predadores sino más bien, para resguardarse de miradas y también intervenciones inoportunas de otros individuos de exactamente la misma especie. De esta forma, las especies diurnas acostumbran a alumbrar de noche, al tiempo que los de hábitos nocturnos paren de día.

Cuando sobreviene algún riesgo o bien la privacidad se ve perturbada, la hembra busca otro sitio que garantice su seguridad y calma. Está probado que el agobio en los mamíferos inhibe el parto.

La manera de alumbrar de los mamíferos ayuda a entender el comportamiento de los primeros homínidos. Todos y cada uno de los datos apuntan al mismo comportamiento de las hembras, buscando la amedrentad en el instante del parto.

Amedrentad en el parto, dignidad de mujer

El parto hospitalario medicalizado no consigue contestar a las necesidades de amedrentad y privacidad, lo que complica la propia fisiología del parto. En los países donde la asistencia al parto está muy planeada desde los servicios médicos, se revela una enorme incomprensión y falta de consideración cara las protagonistas del evento, las mujeres.

La situación horizontal, la presencia de observadores, las órdenes, los tactos continuos, son todos comportamientos invasivos que además de esto forman factores de peligro.

Las mujeres sometidas a esta falta de amedrentad, padecen un fuerte agobio que complica la propia fisiología y desarrollo del parto. Las hormonas liberadas por el agobio inhiben la producción de oxitocina, precisa para la evolución del parto. La musculatura de la mujer se contrae y la dilatación se bloquea.

El papel de la pareja

Abundantes estudios científicos han probado que el bienestar sensible de la madre en el instante del parto, depende en buena medida del apoyo que reciba. La presencia de una persona de su elección a lo largo de todo el parto, reduce sensiblemente el número de intervenciones, incluyendo cesáreas.

Actualmente, la presencia de la pareja en la sala de partos es algo común, si bien no hay reglas fijas, muchas mujeres se han sentido mejor con su presencia, en cambio otras no.

El acompañante debe continuar en segundo plano, y comprender que el parto es un proceso natural, lento y también involuntario. La madre debe sentirse libre y cómoda a fin de que todo el proceso fluya, de ahí la relevancia esencial de la relación entre la mujer y su acompañante.

Recomendaciones de la OMS

La OMS resalta la relevancia de los aspectos sensibles y sicológicos del parto y, establece una serie de recomendaciones:

Respetar la dignidad, privacidad y confidencialidad de las madres.
Tener en consideración los diferentes rasgos culturales.
Tener en consideración las resoluciones de las madres.
La atención al parto ha de ser integral, teniendo presente no solamente los cuidados biológicos sino más bien asimismo las necesidades sensibles, sociales y culturales de las mujeres, los bebés y su familia.

Conclusiones

Es recomendable charlar con la pareja si lo que se quiere es total amedrentad en el parto. Tras dar a luz, una persona de confianza puede trasmitir a la familia como está el bebé, como se halla la madre, etcétera Ya antes del parto es preciso estar sosegada, y después reposar y restituirse. La mujer debe sentirse libre de expresar sus deseos en todo instante.

No olvides reivindicar tus derechos, amedrentad en el parto es dignidad de mujer.

Bibliografía: “El bebé es un mamífero” (Michel Odent) y “La revolución del nacimiento” (Isabel F. Del Castillo)